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A Luciano lo citaron para ejecutarlo a quemarropa

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Resumen

En Cúcuta, Luciano Velazco fue asesinado tras ser citado engañosamente. Emboscado en plena vía, la pareja de sicarios huyó tras dispararle. La policía investiga este acto sicarial sin resolver el móvil del crimen, mientras resuena la inseguridad en la zona.

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La ciudad fronteriza de Cúcuta, Norte de Santander, vive momentos de inquietud y temor luego del brutal asesinato de Luciano Velazco Peñaranda, de 51 años, ocurrido la tarde de este viernes en plena avenida Guaimaral.

Según los informes, minutos antes de ser emboscado, Luciano recibió una llamada de lo que parecía ser un conocido, quien le habría solicitado reunirse en un punto estratégico, lo que hoy se perfila como el preludio de un sicarial premeditado.

La tragedia se desarrolló afuera de un establecimiento comercial ubicado en la intersección de la avenida 11E con la calle 8E del barrio Guaimaral. Allí se encontró una motocicleta Yamaha BWS, blanca, con placa HVE98E, el medio de transporte en el que se movilizaba la víctima.

A pocos metros, se hallaron evidencias del violento ataque, sangre esparcida y el casco que Luciano utilizaba en el momento de la agresión.

La escena fue rápidamente acordonada por la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), que inició una minuciosa inspección técnica para esclarecer los hechos.

Testimonios de los presentes revelan el ambiente de inseguridad que se ha instalado en la zona.

“Esto se ha vuelto invivible, aquí el viernes le pusieron una pistola a una mujer y luego le robaron todo, eso fue cuando estaba comprando en uno de los negocios. Y así se ha venido presentando con más frecuencia”, declaró una vecina.

Luciano, conocido cariñosamente como “Chano”, llegó al lugar a las 3:25 de la tarde, estacionó su motocicleta y permaneció atento a su alrededor, en espera de quien le había citado.

Poco tiempo después, una pareja en una motocicleta AX 100, de color azul, se presentó en la escena.

El conductor, acompañado por una mujer como parrillera, redujo la velocidad y, en un instante de fría violencia, disparó reiteradamente contra el hombre, dejándolo tendido en el suelo.

Según declaraciones de una fuente judicial, se presume que la mujer portaba el arma y la entregó al conductor, quien la colocó en la pretina antes de huir del lugar.

Inmediatamente, algunos transeúntes se apresuraron a socorrerlo, trasladándolo en estado crítico al Hospital Universitario Erasmo Meoz. Lamentablemente, los esfuerzos fueron en vano, pues Luciano llegó sin signos vitales y fue declarado muerto a su llegada.

Tras la identificación de la víctima, las autoridades confirmaron que no contaba con antecedentes penales, lo que complica aún más la formulación de una hipótesis clara acerca de los motivos que pudieron haber impulsado el crimen.

Detrás de esta tragedia se vislumbra una trama de premeditación y posiblemente de complicidad. Fuentes cercanas al caso indican que, horas antes del asesinato, Luciano se encontraba en su lugar de trabajo en el barrio San Eduardo, cuando recibió una llamada que lo citaba en el lugar del hecho.

“El número ya quedó en manos de los investigadores, quienes buscarán establecer a quién pertenece. Se sospecha que se trató de una persona conocida de la víctima, y quizá de quien organizó este sicarial”, afirmó una fuente vinculada a la investigación.

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