Opinión - Editorial
Expulsados del partido de la U dos senadores indisciplinados
La metamorfosis política del médico y senador Roy Barreras Montealegre, que se había paseado por varias organizaciones electorales, empezando por el Partido Centro Democrático, de su compadre el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que lo acogió en su seno y que lo mantuvo a su lado, y que luego lo traicionó para convertirse en el presidente del partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U), del expresidente Juan Manuel Santos, para terminar su periplo electoral bajo las toldas del Partido político creado por las guerrillas de las FARC, deja ver la figura del camaleón, que cambia de colores con los rayos del sol y a la medida de las circunstancias.
Barreras Montealegre se convirtió en un personaje
insoportable e impotable, en un voltearepas que, en su agitada carrera política, solamente le
faltaba el camuflado de las guerrillas de las FARC, de cuyas orgías criminales se había convertido
en defensor de oficio y en enemigo visceral del Centro Democrático, donde fue en su momento uno de
los más lambones alzafuelles del expresidente Uribe, hasta que lo hizo compadre, para convertirse
finalmente en su rotundo enemigo. Como da vueltas la vida y especialmente la actividad política,
donde los amigos de hoy se convierten fácilmente y por fuerza de las circunstancias, en los enemigos
de mañana.
Como testimonio de su conducta, quedan las acusaciones
temerarias contra el exministro de defensa, Guillermo Botero Nieto, por la muerte de unos
niños guerrilleros en combate con las fuerzas armadas y las recientes acusaciones contra el actual
Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, su paisano y antiguo copartidario del Valle del Cauca,
contra el cual promovió las acciones de revocatoria del mandato, en medio de unos debates contra las
fuerzas militares y de policía, por los hechos de violencia que se produjeron durante
manifestaciones de protesta en la ciudad de Bogotá. El senador Barreras Montealegre aspira a
convertirse en el candidato presidencial de las ‘desmovilizadas’ guerrillas de las FARC y de unas
agrupaciones electorales de extraño origen, como el ADA (Alianza Democrática Afrodescendiente),
creadas en regiones del Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
En cuanto al
senador Armando Benedetti, cuyos problemas judiciales relacionados con temas de contratación oficial
en su departamento son ampliamente conocidos, acaba de ser recibido ‘con honores’ en el partido
‘Colombia Humana’ del excandidato presidencial Gustavo Petro Urrego, que busca convertirse en el
mejor discípulo del sistema de gobierno autoritario creado en Venezuela por el coronel Hugo Rafael
Chávez Frías y por su fiel discípulo, el dictador Nicolás Maduro Moros.
Benedetti era liberal cuando llegó por
primera vez a la Cámara de Representantes el 20 de julio de 2002, después de haber ocupado un escaño
en el Concejo de Bogotá, y en el año 2006 fue elegido como senador de la república, por el Partido
Social de Unidad Nacional, del expresidente Santos. Este periodista barranquillero sorprendió esta
semana a sus electores capitalinos al decir que siente afinidad con el movimiento político del
exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro y que se siente representado en el partido creado por excandidato
presidencial.
El senador Benedetti tiene la firmeza de una gelatina y
en materia política, se acomoda como los líquidos, ‘a la medida de las vasijas’.
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