Variedades - Especiales
El Domingo para buscar la verdadera felicidad Por: Sady Espinel Aldana. Pbro.

En este Domingo la Iglesia nos presenta el Evangelio de las Bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas enseñadas por Jesús, nos revelan “el camino a la felicidad”, es decir, “Su camino”. Esto porque las Bienaventuranzas "iluminan las acciones de la vida cristiana y revelan que la presencia de Dios en nosotros nos hace verdaderamente felices"
El Evangelista Mateo presenta al Señor Jesús en un monte, lugar del encuentro con Dios. Para los judíos el monte o lugar alto era el lugar en donde Dios habla al Pueblo o en donde se manifiesta, como lo hiciera con Abrahán y Moisés.
En el monte en donde Jesús presenta las bienaventuranzas se encuentran muchas personas y desde allí se divisa Cafarnaúm y la decápolis, lugares en donde se encuentran las personas superficiales en la relación con Dios. Llenos de ritos, pero su corazón lejos del Señor.
Los Felices según el Señor Jesús son los que trascienden y dejan la superficie, la superficialidad para ser verdaderamente felices y bienaventurados.
En la nueva decápolis, en nuestra sociedad, al igual que en la antigua, la felicidad está en el poder, en el ser y en el tener. Por eso es fácil que en medio de esa superficialidad sean felices destruyendo la dignidad, la honra y el honor de la persona para poner por encima ritos, etiquetas, costumbres y caprichos religiosos olivándose de la relación con el Señor que significa cruz, compromiso y respeto por del otro, incluida la madre tierra o casa común como la ha llamado el Papa Francisco.
La verdadera felicidad del cristiano no está en enaltecerse porque hemos
realizado nuestros estudios en un colegio o institución educativa dirigida por sacerdotes,
religiosos o religiosas o sacar pecho porque somos amigos o familiares de personas consagradas:
Presbíteros, Obispos o Religiosos.
La felicidad no es
pertenecer a la Iglesia de Cristo como un lugar de carrerismo, sino en tener una relación con el
Señor Jesús presente en el hermano. El verdadero fruto del “católico” no es la de destruir al
hermano con ponzoñas de calumnias ni poner a fuego lento para ver con morbo como se quema el hermano
bajo los tizones de la mentira y la difamación como lo hicieron los que odiaban a los cristianos
chamuscando al Diácono Lorenzo en una miserable “parrilla”.
“Alaben al Señor mientras vivan”. Salmo 146
La felicidad del hoy está en vender muchos periódicos bajo la premisa de que hay una “chiva”, así sea falsa o sin verificar para aumentar el rating o colocarse en los primeros lugares ufanándose de que me ofrecieron dinero para destruir al “peón” de la Iglesia a punta de calumnias y tergiversaciones de la realidad.
La felicidad superficial de la nueva Cafarnaúm está en poner por encima del discipulado el estrato, 4, 5 y 6, despreciando al que tiene que juntarse con otro en un transporte humilde, ya sea en un camión para asistir y congregarse en un templo católico para recibir la Palabra de Dios y alabar a su Señor como dice el salmo: alaben al Señor mientras vivan. Sal 146
La felicidad en la nueva Cafarnaúm está en vivir ofendidos porque como feligreses les invitan a hacer una ofrenda en un sobre o en una arquilla porque eso es bajarse de estrato religioso. Pero ofrecer dinero para que otro calumnie porque tiene el poder de los medios eso si causa dicha, gozo y se hacen llamar comunidad de: “#defendamos nuestra fe”.
Ser Evangélico no es delito, ni deshonra
La verdadera felicidad consiste
en subir al monte, con sacrificio, dejando toda prepotencia, altanería, calumnia, difamación,
individualismo, manipulación de la realidad y propagandismo amarillista permitiendo que
muchos conozcan la Palabra de Dios y alaben a su señor sin pretender expulsarlos de sus predios
tildándolos de Evangélicos. Pues en ninguna parte del planeta ser Evangélico es delito ni deshonra;
entonces porqué el papa Francisco concluyó la semana anterior jornada de unidad de los cristianos
con encuentros ecuménicos con cristianos de todo el mundo bajo un mismo Espíritu sin discriminar ni
al Evangélico, ni al Luterano, ni a cualquiera de las formas neumáticas de ser
Cristiano?
Comentar...