A quemar el año viejo de la corrupción

Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista

“En esta terminación del año 2023, este 31 de diciembre, se debe quemar en ese simbolismo de los muñecos de año viejo, la corrupción y los corruptos.”

Esta época es tan apropiada, para hacer mención la denuncia pública de la Concejal Luisa Fernanda Ballesteros, el Concejo de Bucaramanga, al cierre de la sesiones extraordinarias del Concejo, quien denunció públicamente en su intervención al Secretario del Concejo de la Corporación, quien se desempeña hasta el 31 del presente y quien supuestamente viene manipulando la elección del Secretario para el año 2024 y donde él está inscrito, lo cual por ética al dejar las funciones no debería presentarse y dejar libre esta elección del próximos concejo a nuevos profesionales, que buscan estar en la función pública por una año.

La mala presentación de este abogado, es la de supuestamente estar ofreciendo dinero o comprando el voto a algunos concejales, antiguos y nuevos, para obtener el voto. Dentro de la dialéctica o definición de la corrupción, esto significa soborno, abuso de funciones y tráfico de influencias, a la par que busca un enriquecimiento ilícito, o como lo define el Banco Mundial, la corrupción, es el abuso de una función pública para obtener beneficios, caso de puestos de libre nombramiento y remoción y que deberán estar en concurso en la función pública.

Hablamos a la par de la tradición con siglos atrás esto rituales de quemar el año viejo, venido de paganos de origen celta o de los ancestros indígenas, de borrar las cosas malas que sucedieron en el año. Así podríamos estar ante una tradición que ha sido apropiada por la cultura colombiana, trasformada y que año tras año se sigue repitiendo en la mayor parte de las ciudades del país, para mostrar personajes nefastos o recuerdos que los asechan en la política, la economía y la violencia, queriendo con ello quemarlos.

Según la tradición, la quema a media noche del muñeco, es un acto de desagravio, de purificación para que estas costumbres como la corrupción o energías negativas del año que culmina, que representa la eliminación de lo pasado para permitir la regeneración del tiempo y las energías, y abrir el camino para la buena nueva del año venidero. Lo que quiere decir la prosperidad.

Investigando estas tradiciones, comparadas con los pésimos gobiernos, durante los siglos VI y V a.C., en la Grecia Clásica, donde se creía que los reyes, debían morir incinerados tras finalizar sus mandatos, aquellos que fueron dictatoriales y corruptos, más tarde la tradición se reemplazó por una representación de los monarcas, hasta llegar a nuestros días de los mandatarios, regionales o departamentales y los nacionales…. ¿Cuántos Petrus tendrán de muñecos, para quemar?

Muchos escriben un testamento que al ser la 12, lo que está allí escrito se quema, permitiendo como dije antes, cuando llegué el año nuevo las malas energías que se tuvieron en el año, queden atrás en ese pasado hechas cenizas, permitiendo una nueva etapa de la vida.

Si vamos a modus operandi, donde se traza ese horizonte para actuar y trabajar o alcanzar el fin propuesto, cuando muchos mandatarios del país: Gobernadores y Alcaldes, en este final de año tomaron posesión de sus cargos, con sendos discursos, escritos y leídos como loros viejos, llegaran a cumplirse o serán como todos los anteriores que dejaron las administraciones en ese montón de paja y excremento donde duermen las palomas y el pueblo sigue en las mismas esperando que se cumplan las promesas que cada cuatro años las dicen y las dejan como las tablas de la Ley sin cumplirlas. Porque el Modus vivendi, sus formas de vida o modo de vida, son arreglos para la coexistencia en paz, de la cual, Colombia espera y espera y jamás llega. ¿Cómo podemos incinerar esa violencia en este país, donde las leyes que aplican los leguleyos, siempre es para los dueños del poder cobijados por la corrupción? Ave de mal agüero, que jamás se quema porque es el Ave fénix.

Gracias a mis lectores que siguieron mis columnas, para este año 2024, tendré más tiempo para investigar y escribir sobre la realidad de la ciudad y sus gobernantes. ¡FELIZ AÑO 2024, LUCHEMOS POR LA COSAS BUENAS!