Resumen
La economía colombiana creció un 2,1% en el segundo trimestre del año, impulsada por la producción agrícola, especialmente en el departamento de Santander. Los próximos pasos incluyen centrarse en la eliminación de intermediarios, evitar el desperdicio de alimentos y aumentar las exportaciones.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Este jueves tuvimos el privilegio de asistir a la presentación de los resultados más recientes sobre la economía colombiana, ofrecidos por la economista Piedad Urdinola Contreras, Directora del Departamento Nacional de Estadística, DANE.
La noticia que entregó al funcionaria es alentadora porque la economía del país creció un 2,1% durante el segundo trimestre del año. Este repunte se ha visto impulsado de una forma ampulosa por la producción agrícola y las actividades del sector público.
En este contexto, es esencial destacar el papel crucial que juega el departamento de Santander, una región eminentemente agrícola, en los resultados que se reportaron desde el DANE.
Santander ha sido un motor significativo para este crecimiento económico. La producción agrícola de la región no sólo ha contribuido a este incremento en el PIB nacional, sino que también ha subrayado la necesidad de ofrecer un mayor apoyo a los productores agropecuarios.
Este apoyo debe manifestarse en diversas formas, desde atención y colaboración más estrecha por parte de los gobiernos nacional y regional, hasta la capacitación y tecnificación necesarias para mejorar la eficiencia y los rendimientos del sector.
Uno de los desafíos actuales es la sobreproducción de ciertos productos, que ha llevado a un exceso en el mercado local. Esta situación afecta los precios de forma alarmante, dejándolos a menudo en niveles irrisorios.
Es imperativo ampliar los cupos de exportación para que los excedentes puedan ser comercializados fuera del país, así se evita que se queden en el mercado local a precios desalentadores..
Para que la economía de Santander, y por ende la nacional, continúen su trayectoria positiva, es crucial poner atención al sector agrícola. La eliminación de intermediarios que, en muchos casos, se benefician de manera desproporcionada, junto con la implementación de políticas efectivas para evitar el desperdicio de alimentos, se presenta como una tarea urgente, la cual hay que empezar a diseñar.
En lugar de permitir que los alimentos se deterioren y se desechen, es necesario establecer mecanismos que optimicen el proceso de comercialización, industrialización y distribución, que se garantice que los productos lleguen a los consumidores finales sin pérdidas significativas.
Estas acciones no solo contribuirán al bienestar de los productores agrícolas, sino que también beneficiarán a la canasta familiar, para que los alimentos sean más accesibles para todos los colombianos.
La coordinación entre los diferentes niveles de Gobierno y el sector privado es fundamental para lograr estos objetivos.
De esta manera, podremos asegurar que el crecimiento económico observado se traduzca en una mejora real y sostenida en la calidad de vida de los ciudadanos y en la estabilidad económica del país.
Es responsabilidad de todos, desde los productores hasta los gobernantes, trabajar en conjunto para maximizar este potencial y asegurar un futuro próspero para la región y para el país, en su conjunto.