Resumen
El presidente colombiano propone una inversión forzosa de los ahorros privados para las inversiones del Estado, creando inseguridad y preocupación acerca de la posible pérdida de control sobre los ahorros personales y el riesgo de malversación de fondos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En estos dos largos años de la presidencia del cambio, siempre el mandatario nos sorprende con sus propuestas, bien sea en forma de reformas o en forma de decretos o lanzando globos al viento sobre su particular forma de ver el mundo y la realidad colombiana. Cada vez que habla se crea un clima de incertidumbre que afecta en gran medida la seguridad jurídica, económica o la seguridad en general, y en esta ocasión su propuesta sobre inversión forzosa ha caído como un baldado de agua fría a la ya maltrecha economía del país.
Como si ya no fuera suficiente con el alza en los alimentos, los combustibles, los peajes; los constantes escándalos por corrupción y despilfarro, resulta que ahora al Presidente se le ocurre la brillante idea de echar mano de nuestros ahorros para realizar inversiones del estado, en pocas palabras, sacar el dinero que tenemos guardado en los bancos para que sea el gobierno en cabeza de Petro, quien lo administre a través de inversiones estatales forzosas.
Este despropósito ya se viene gestando y no se nos haga raro que el congreso lo termine avalando, tal y como sucedió con el ahorro pensional. Para este gobierno no existe la conciencia de la esfera privada y la asimila a lo público, ya que una cosa es el dinero público y otra el dinero del público.
Los bancos no son dueños de nuestros depósitos, los ahorros que están en las entidades bancarias se encuentran en manos que representan seguridad para sus clientes, de que, están siendo bien invertidos y que, cuando necesitemos retirarlos, ahí van a estar, con sus intereses. Sin embargo, y según lo propuesto por Petro, quiere obligar a los bancos a que inviertan en temas de interés para el gobierno, sin que se tenga muy claro cuáles son los riesgos, cuáles serían los beneficios y cómo devolverían esos dineros a los ahorradores y clientes de la banca privada.
Si la inversión forzosa que quiere hacer el gobierno con nuestros ahorros no resulta, es decir, es un fiasco, esos dineros malversados deberán ser recuperados por impuestos que serán pagados por los mismos ahorradores; con cara perdemos y con sello gana el gobierno. De salirse Petro con la suya, ya no seríamos dueños de nuestros ahorros, ni de nuestras inversiones y estaríamos dando pasos agigantados hacia la "expropiación" de nuestros recursos y nuestro sustento, creando inseguridad financiera y obligando a la gente a guardar la plata debajo del colchón como en siglos pasados.
