Alarma por aumento de hipertensión entre jóvenes colombianos
Resumen
La hipertensión, antes vista como un problema de adultos mayores, ahora amenaza a jóvenes colombianos. Factores como la obesidad y el consumo elevado de sal disparan estos casos, elevando riesgos como infartos o ceguera si no se trata a tiempo.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
La hipertensión arterial, una condición históricamente asociada con adultos mayores, hoy representa una amenaza creciente entre la población joven colombiana. Según datos de la Universidad del Bosque, el 9.83% de los menores de 18 años en el país presentan factores de riesgo asociados a esta enfermedad, que en muchos casos se manifiesta sin síntomas, pero con consecuencias graves a largo plazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cuatro de cada cinco personas con hipertensión no reciben un tratamiento adecuado. Esta enfermedad silenciosa, que se diagnostica cuando la presión arterial está igual o por encima de 140/90 mmHg, puede derivar en enfermedades renales, infartos, diabetes e incluso ceguera si no es tratada oportunamente.
“Muchas personas con hipertensión no presentan ningún síntoma, por lo que se recomienda controlar regularmente la presión arterial, especialmente si se tienen factores de riesgo como obesidad, antecedentes familiares, sedentarismo o una dieta alta en sal”, advirtieron líderes en salud de la EPS Famisanar, con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se conmemora este 17 de mayo.
Jóvenes en riesgo
Enfermedades cardiovasculares como las provocadas por la hipertensión son la principal causa de muerte en América, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), responsables del 30% de los fallecimientos en la región. En jóvenes, las consecuencias pueden ser aún más graves: desde hipertensión intraocular y enfermedad renal crónica, hasta infarto agudo de miocardio.
Los síntomas, cuando aparecen, suelen ser ignorados o confundidos con otros padecimientos: dolor de cabeza, especialmente en la parte posterior, mareos, zumbido en los oídos, dificultad para respirar, palpitaciones, fatiga y sangrado nasal espontáneo.
Prevención desde casa y la escuela
A pesar de su peligrosidad, la hipertensión es prevenible. Desde el sector salud se hace un llamado urgente a padres, cuidadores y educadores para fomentar estilos de vida saludables en la niñez y adolescencia. Las recomendaciones incluyen:
- Disminuir el consumo de sodio, grasas saturadas, alcohol y tabaco.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y alimentos ricos en fibra.
- Preferir carbohidratos complejos como avena, arroz integral, lentejas y garbanzos.
- Hacer ejercicio moderado al menos 3 veces por semana.
- Controlar el estrés mediante actividades recreativas.
- Asistir a controles médicos regulares y realizar monitoreos de presión arterial.
El consumo excesivo de sal, presente en productos ultraprocesados y comidas rápidas, es uno de los factores más determinantes. Aumenta la retención de líquidos en los vasos sanguíneos y eleva peligrosamente la presión arterial. A esto se suman el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo como detonantes silenciosos.
Una de las herramientas más efectivas para detectar esta condición a tiempo es el Monitoreo Ambulatorio de la Presión Arterial (MAPA), una prueba que registra continuamente la presión durante 24 horas mientras el paciente realiza sus actividades cotidianas. Este análisis, complementado durante varios días, permite al personal médico hacer un diagnóstico preciso y oportuno.