ALEA JACTA EST Bucaramanga
Resumen
El artículo recrea un diálogo sobre los retos políticos de Bucaramanga, destacando la desilusión ciudadana ante promesas incumplidas y una ciudad dominada por intereses oscuros.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
(Memoria de las elecciones atípicas). Parodiando los versos inmortales del vate León de Greiff en su” Relato de Sergio Stepansky”, y a propósito de las elecciones atípicas en Bucaramanga, hemos querido recrearnos con los arcaísmos, neologismos y voces al cultismo griego, para consignar en estas estrofas el escepticismo ciudadano frente al debate electoral a cumplirse.
Por: Julio Enrique Avellaneda Lamus
Mi cuna, antaño la ciudad de las ágoras estéticas y Formosas meseta apolínea y plácida, lontananza jardín de encantos y de letras, hipotecada ahora a clanes aciagos e infaustos que hacen de las decisiones del demos sacro la anastasis triste de promesas viejas con aroma de timo, treta y dolo. ¡Ah mi ciudad!!, la que fuera de todos y ahora de nadie, …
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
La cambiaron los anisótropos políticos, los que la feriaron por una chatarra, o un zamarro, las que la jugaron, por la coima, la baratija, los que la rematan por los diezmos disfrazados de eulogias y makarios celestiales,
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
La cambiaron quienes la empeñaron por puestos con sillas cojas, la cambiaron los tahúres y los fulleros gobernantes empotrados en los palacetes del poder que bordean el parque del héroe de Cachiri, los que cambiaron su progreso y su ética por cacoquimios contrataderos, o por cualquier brillo en la basura vitalógica, o por los manantiales del diezmo disfrazado de gratitud,
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
‘Alea jacta est!, cantó el héroe romano del Rubicón, tu suerte está echada, mi ciudad perdida, aldea de cuitas, sinsabores, alegrías y dolores,
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
No importa, aunque los vendehúmos de epangelias, y los efervescentes asaltantes del vivac electoral, unos con barbas, otros aplasticos políticos, con sus caras hastiadas y sus voces desgastadas, nos sigan prometiendo el milagro de los candados evangélicos, mefistofélicas autoridades o platónicas polis,
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
¿Tu suerte está echada!, ciudad suelo de mis mayores, sueño de mi progenie,
los dados torcidos lanzados por los dunamis del kratos, han rodado por sus calles ahondando los huecos del escepticismo, aunque en sus parques se enciendan las luces navideñas de oscuras hibris cargadas de avaricia y pleonexia
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
¡Ah mi ciudad!, madriguera de burócratas de banquete y cuellos blancos, de financistas en la sombra que mueven los hilos de sus marionetas para que, con sus tufaradas maquinarias de poder, prodiguen favores, eternicen sus leoninos contratos y atornillen sus privilegios endulzados con las miasmas y hedores de sus arcontes diaphtores
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…
¡Ah mi ciudad! la que seguirá descarriada entre los intereses de los aberrantes que prosoponicos afloraron en las elecciones, atípicas si, de humanismo, ¡Ah mi ciudad! Que seguirá confundida en el laberinto de las larvas cloqueantes del poder asquiento, ¡Ah Bucaramanga!, su Rubicón, como lo viera el Cesar, ya está rebasado, y en el fondo de estas atípicas, solo queda el eco de los dados de Sergio Stepansky:
Por ella, juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos, la llevo perdida…