Resumen
El municipio de San Vicente de Chucurí en Santander, Colombia, conocido por su producción de aguacates y cacao, sufre deterioro de sus carreteras principales. Esta situación afecta su economía local y causa accidentes, debido al mal estado de las vías.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Desde hace varios años, el municipio de San Vicente de Chucurí, capital del aguacate mas grande y delicioso del mundo, zona cafetera y cacaotera, ha padecido el deterioro de la carretera que conecta esta región con la capital del departamento, con Zapatoca y con Barrancabermeja. En esta región del departamento abundan los cultivos de cacao, que están produciendo divisas al país, por las exportaciones a Emiratos Árabes, Italia, Francia y Suiza del continente europeo.
Mientras en el parque principal del pueblo chucureño se levanta al cielo el monumento al aguacate, con la figura humana del exconcejal conservador Luis Alfredo Prada, que ha sido un líder muy destacado de la vereda Cantarranas, la comarca de la abundancia se va quedando en el olvido, por las pésimas condiciones de la carretera que conecta con Bucaramanga, por donde circulan diariamente los cargamentos de aguacate, legumbres, frutas y ganado que abastecen las plazas de mercado de la capital de Santander.
Los mayores daños se presentan alrededor de la represa del Topocoro, igualmente abandonada y deteriorada en sectores como La Cananá, La Lajita, La Plazuela, El Litoral, La Circasia, Peña de Oro y Santa Inés. A medida que va pasando el tiempo, San Vicente de Chucurí se va quedando retrasado en materia de vías, porque tampoco tiene mantenimiento la ‘Ruta del Petróleo’, que comunica San Vicente de Chucurí con Betulia y Zapatoca.
Muchos accidentes de tránsito con pérdidas humanas y materiales se producen en estos corredores viales, que no tienen padrinos políticos en la gobernación de Santander, ni en la nación, para ser escuchados. Los programas de pavimentación de las carreteras a San Vicente de Chucurí, Betulia y Zapatoca están adjudicados desde el año pasado a una firma contratista, que ha exigido modificación en los diseños de las obras y el consabido reajuste, que mejora los ingresos de los afortunados contratistas.
