Alerta por pubertad precoz: especialistas piden más información y detección temprana en Colombia

La pubertad precoz, una condición en la que los cambios físicos del desarrollo sexual aparecen antes de tiempo, está generando nuevas alertas entre los especialistas debido a su impacto emocional, físico y social en la infancia. Aunque en el país no existen estadísticas recientes sobre su incidencia, pediatras y endocrinólogos coinciden en que la falta de diagnóstico oportuno puede agravar las consecuencias a largo plazo.

En las niñas se considera precoz cuando los signos de desarrollo aparecen antes de los 8 años, mientras que en los niños ocurre antes de los 9. En Colombia, pese a la ausencia de cifras oficiales actualizadas, se han reportado incrementos en consultas por sospecha de maduración temprana, especialmente en ciudades principales.

El director médico de Adium, Juan Molina, advirtió que este fenómeno puede afectar la estatura final, la autoestima y el bienestar psicológico, además de aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas en la edad adulta. Según el especialista, los menores que atraviesan este proceso temprano enfrentan cambios para los que emocionalmente no están preparados, una situación que puede desencadenar ansiedad, vergüenza, retraimiento e incluso casos de acoso escolar.

Entre los signos de alerta más frecuentes están el desarrollo mamario o testicular antes de lo esperado, la aparición prematura de vello púbico o axilar, un crecimiento acelerado, cambios de humor y menstruación anticipada. También se pueden presentar acné, olor corporal intenso y marcadores de maduración física que no corresponden a la edad cronológica.

Las causas son múltiples: antecedentes familiares, alteraciones neurológicas, factores ambientales y condiciones idiopáticas que no logran explicarse plenamente. En los últimos años, diversos estudios han señalado la influencia del sobrepeso infantil, la exposición a disruptores endocrinos y el incremento del sedentarismo asociado al uso de dispositivos electrónicos.

Un estudio que evaluó a más de 3.500 niños en China encontró una asociación entre el comportamiento sedentario prolongado y un mayor riesgo de pubertad precoz en niñas. En Colombia, una investigación realizada en Cali evidenció que las pacientes diagnosticadas iniciaban el desarrollo mamario alrededor de los 6,8 años, un indicador que preocupa a los especialistas.

Investigaciones internacionales también han sugerido que la exposición nocturna a luz azul puede alterar los ritmos circadianos y la secreción de melatonina, afectando la regulación hormonal del inicio puberal. Aunque la evidencia en humanos aún es limitada, los expertos recomiendan vigilar los hábitos de sueño y uso de pantallas en la infancia temprana.

Para Molina, hablar de pubertad sin estigmas ni silencios es una tarea urgente. El especialista pide a los padres observar cambios, preguntar y consultar a tiempo para evitar complicaciones innecesarias. Ante la sospecha de desarrollo temprano, endocrinólogos pediatras realizan estudios hormonales, placas de edad ósea y determinan si se requiere tratamiento para frenar o regular la progresión puberal. Estos procedimientos pueden proteger la salud emocional y física del menor, y asegurar un desarrollo más acorde con su edad.

Los especialistas insisten en la importancia de fortalecer la información pública, promover diagnósticos oportunos y garantizar acceso a tratamientos especializados. Consideran que, frente al aumento de reportes, el país necesita reforzar la investigación clínica y asegurar terapias seguras que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los niños y niñas afectados.