Amaranta Hank, la exactriz porno que se perfila como nueva figura de Gustavo Petro rumbo al Congreso

La exactriz de cine para adultos y activista por los derechos de las trabajadoras sexuales, Amaranta Hank, dio un paso firme en su camino hacia el Congreso de la República tras posicionarse entre las mujeres más votadas en la consulta abierta del Pacto Histórico celebrada el pasado domingo.

Su resultado, más de 15 mil votos y el puesto 31 en la lista, la deja con amplias posibilidades de obtener una curul en las elecciones legislativas del próximo 26 de marzo de 2026.

Amaranta Hank, cuyo nombre real es Deicy Alejandra Omaña Ortiz, basó su precampaña en un mensaje provocador y desafiante, en línea con su trayectoria mediática. Su eslogan, “Nos gusta arriba, no abajo”, se convirtió en tendencia en redes sociales y en símbolo de su apuesta por una política distinta, libre de prejuicios y centrada en la defensa de las minorías.

“La gente que está en el Congreso va a mis fiestas. Les encanta morbosearnos e invitarnos a reuniones en sus oficinas, pero nunca para defender nuestra causa. ¿Por qué no puedo estar yo?”, se preguntó la candidata tras conocerse los resultados de la consulta.

A sus 33 años, Amaranta ha recorrido un camino singular que la ha llevado del periodismo y el cine para adultos a la militancia política. Inició estudios de Comunicación Social en la Universidad de Pamplona, de donde fue expulsada antes de terminarlos.

Su paso por la industria pornográfica la convirtió en una figura mediática con gran presencia en redes, pero también en una voz que ha exigido el reconocimiento laboral y social de las personas que ejercen el trabajo sexual.

Tras su retiro del cine para adultos, Amaranta se vinculó a procesos sociales y trabajó como coordinadora de intimidad en producciones audiovisuales, labor enfocada en garantizar entornos seguros para actores y actrices durante rodajes.

En 2024, integró el equipo del Ministerio de la Igualdad, lo que desató una intensa polémica política tras las críticas de la entonces vicepresidenta Francia Márquez a su nombramiento.

En ese momento, el propio presidente Gustavo Petro salió en su defensa, afirmando que no debía discriminarse a nadie “por su pasado laboral o por haber trabajado en la industria sexual”.

Más allá de la controversia, Amaranta Hank ha mantenido una postura firme: convertir su historia personal en bandera política. Desde movimientos como Astrasex, ha exigido la regulación del trabajo sexual, el acceso a derechos laborales y la eliminación del estigma que pesa sobre esta población.

Su carrera también ha estado marcada por episodios de confrontación pública, como la denuncia de abuso sexual que presentó años atrás contra el periodista Alberto Salcedo Ramos.

Aunque el escritor fue absuelto en 2024, Amaranta aseguró que su caso visibilizó la desigualdad de poder que enfrentan las mujeres dentro del periodismo y los medios de comunicación.

Hoy, la ex actriz porno y activista se proyecta como una de las caras más mediáticas y disruptivas del Pacto Histórico. Sus seguidores la ven como una voz auténtica, ajena a los moldes tradicionales de la política; sus detractores, como una figura polémica que desafía los límites del debate moral.

Con la vista puesta en las elecciones legislativas del 26 de marzo, Amaranta Hank aspira a llevar su causa al Congreso y convertir en leyes las reivindicaciones de un sector históricamente invisibilizado.

“No buscamos escándalo, buscamos dignidad. Queremos que el trabajo sexual deje de ser sinónimo de vergüenza y se convierta en sinónimo de derechos”, afirmó recientemente en una entrevista.