Resumen
El término 'ancestralidad' se usa reivindicatoriamente para ciertas comunidades, destacando su relación con el territorio. El artículo critica su uso exclusivo, abogando por reconocer la contribución europea en América.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: León Sandoval Ferreira
Se ha acuñado el vocablo “Ancestralidad” como parte de la nueva construcción dialógica para referirse al pasado histórico, como un componente sociológico que contempla a los ancestros, su relación con el territorio y luchas por el poder. La palabra ancestralidad se utiliza como instrumento ideológico reivindicatorio de derechos para algunas comunidades en el marco de la actual batalla cultural. Ancestralidad se emplea de manera exclusiva para las comunidades afrodescendientes, árabes, nativoamericanas y el pueblo rom, pero se excluye al resto de comunidades, en otras palabras, la ancestralidad aplica para unos, pero no para todos. Los mestizos cuyos ancestros son europeos no tienen derecho a ancestralidad, según los adalides del progresismo.
Para el progresismo, los indígenas, antes denominados indios, los afrodescendientes antes llamados negros, los árabes antes denominados “turcos” y los rom antes denominados gitanos, son los únicos que pueden hablar de ancestralidad y reivindicar derechos aparentemente milenarios sobre el territorio y la cultura, pero los descendientes de españoles, lusitanos, franceses, ingleses, irlandeses, alemanes, italianos, en general europeos y judíos, no les aplica la ancestralidad; pareciera que en el proceso ideológico de reescribir la historia, los afrodescendientes, los rom y los árabes hacían presencia en América antes de la llegada de los vikingos y de Colón.
La ancestralidad no puede ser exclusividad de ciertas comunidades étnicas. La ancestralidad se refiere a los ancestros, fueren quiénes fueren y vinieren de dónde vinieren, no se puede reivindicar derechos a partir de la ancestralidad excluyendo culturas, comunidades y pueblos que hicieron gran aporte en la construcción de América. Hablar de ancestralidad desconociendo el glorioso pasado hispano, lusitano, francés, alemán o británico y su significativo aporte a la América es perversidad ideológica. Mal se hace al emplear el término “ancestralidad” para vindicar a unos e invalidar a otros, lo que hace carrera desde universidades, partidos políticos, gobiernos y académicos.
La ancestralidad no tiene porqué servir de pretexto para adjudicar derechos exclusivos a comunidades tradicionalmente excluidas del ejercicio del poder, la cultura es superior a ello, tampoco ha de ser utilizada para atacar a la herencia europea en beneficio de otras herencias y reescribir la historia. América es un crisol de razas, culturas, tradiciones y prácticas inveteradas cada una con sus defectos y virtudes, con sus logros, hazañas y yerros.
¡Que viva la América acrisolada! pero no la América elitista de ancestrales que el mal llamado progresismo quiere imponer. Si se trata de hablar de ancestralidad todos los humanos convergerían en el primer Adán y la primera Eva, y una gran mayoría compartiría genes con Gengis Khan. En virtud de la ancestralidad también debería reconocerse el papel de Europa que, indudablemente arrojó su semilla en la conformación de lo que hoy es América; de no ser así, por razones de igualdad, de justicia y de equidad se debería eliminar el uso del término “ancestralidad” y sus relacionados en la construcción de políticas públicas dirigidas a comunidades étnicas en particular desconociendo otras herencias.
Si a América no hubiesen llegado los europeos aún estaría en estado de vorágine y desconocería los valores occidentales, entre ellos, cristianismo y democracia. La cultura occidental es la que ha permitido el avance de América y del mundo, no en vano, en las famosas universidades americanas propagadoras de la ancestralidad, su línea de pensamiento tiene origen en la Grecia clásica: Se es platónico o aristotélico, y pare de contar, Occidente puro y en esplendor.
No se puede cambiar el presente manipulando el pasado. La ancestralidad es de todos o no es de ninguno. La América toda es el continente mestizo por antonomasia. Salvo muy contadas comunidades étnicas amazónicas y una que otra andina, en la América no hay comunidades étnicas de tradiciones puras. Algunos se disfrazan de ancestrales para obtener privilegios según conveniencia, pero viajan a Paris vestidos de Christian Dior. Basta de discursos mentirosos que hacen carrera, la ancestralidad uno de ellos.