Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En julio de 2024, el Parlamento de Turquía aprobó una controvertida ley que exige la captura de unos cuatro millones de perros callejeros para el año 2028, lo que ha provocado una ola de manifestaciones y críticas de ciudadanos y activistas por los derechos de los animales. La legislación tiene como objetivo reducir los ataques de perros, accidentes de tráfico y prevenir la rabia, aunque ha generado preocupación por el destino de muchos de estos animales, especialmente aquellos considerados peligrosos o enfermos, que podrían ser sacrificados.
El presidente Recep Tayyip Erdoğan defendió la medida, afirmando que responde a la necesidad de proteger a la población y resolver un problema de salud pública. Sin embargo, la ley ha sido calificada como una "masacre" por la oposición y defensores de los derechos animales. Durante protestas en Estambul, manifestantes denunciaron que los refugios podrían convertirse en "campos de exterminio" y expresaron su temor de que los perros sean eliminados bajo el pretexto de enfermedad, en lugar de recibir atención adecuada.
A pesar de las críticas, algunos refugios han visto un aumento en las adopciones, tanto a nivel nacional como internacional. Nilgul Sayar, activista y directora de un refugio cerca de Estambul, ha facilitado la salida de perros a países europeos, donde organizaciones como Animal Care Projects han acogido a canes callejeros de Turquía, dándoles la oportunidad de empezar una nueva vida.
El costo y la logística de estos traslados son elevados, lo que ha complicado la situación para refugios que ya están desbordados, con capacidad para solo 100.000 perros. Los activistas continúan buscando soluciones a largo plazo, mientras que veterinarios y organizaciones brindan apoyo, como la oferta de vacunas gratuitas para quienes adopten perros.
La polémica en torno a la ley ha llegado a medios internacionales y continúa siendo un tema candente en Turquía, con manifestaciones que exigen la revocación de la norma. Para muchos, el bienestar animal sigue siendo una prioridad en la lucha por encontrar un equilibrio entre la protección de la sociedad y el trato ético hacia los animales.
