Apología del delito
Llegan de mi memoria a mi retina las imágenes de delincuentes abatidos por las fuerzas armadas del estado en féretros que recorren las calles de muchas ciudades con miles de marchantes haciendo disparos al aire, dándole vivas al muerto, con música popular, y protestando por los operativos militares.
También llegan las imágenes de raponeros callejeros capturados en flagrancia por la policía que tienen la simpatía de transeúntes que abuchean y que piden a la autoridad que los suelten después de cometer un delito.
Igualmente, también llegan a mi memoria imágenes de policías y soldados secuestrados por población civil en zonas cocaleras porque estaban persiguiendo delincuentes y restableciendo el orden.
Hoy llegan imágenes de manifestaciones en ciudades capitales protestando por la condena contra un expresidente colombiano a quien se le ordenó su captura por la administración de justicia por dos delitos después de observar el debido proceso y las formalidades legales.
El presidente actual, que desconoce los fallos de las altas cortes, los cuestiona, los desacata, lanza improperios contra magistrados y jueces, negocia la paz con bandas delincuenciales cuyos jefes están en prisión debidamente condenados, ¿qué ejemplo está dando a la sociedad? ¿Todas estas conductas no son acaso apologías del delito o la glorificación de actos criminales o delictivos?
¿Que nos pasa? ¿se invirtieron los valores? la ley es burlada, no es acatada y ¿se puede delinquir? o ¿acaso es desconfianza en el sistema judicial? o ¿es consecuencia de la polarización del país? o ¿La irresponsabilidad en la información de algunos medios de comunicación y redes sociales? o ¿los partidos políticos que empujan a su militancia en actos de lealtad política hacia sus jefes así hayan sido condenados?
En fin, una sociedad cualquiera que sea la razón que tenga, que desconozca la ley, los dictados judiciales o el ejercicio de la autoridad, es un gravísimo antecedente que afecta la estabilidad social y política e incentiva la violencia y la delincuencia.