ASCUN llama a los precandidatos presidenciales a priorizar la educación superior en sus programas de gobierno

La Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN) ha elevado una voz de alerta y compromiso al país. En un llamado dirigido a todos los precandidatos presidenciales, los rectores que integran su Consejo Directivo han solicitado incluir de manera prioritaria a la educación superior dentro de sus propuestas de gobierno, con el fin de garantizar políticas públicas sostenibles, estables y de largo plazo que fortalezcan el sistema educativo colombiano.

A través de este mensaje, ASCUN reitera la importancia de avanzar en el fortalecimiento del modelo mixto de educación superior —que combina la oferta pública y privada— como una vía efectiva para ampliar la cobertura, mejorar la calidad y cerrar las brechas de desigualdad en el acceso a la formación profesional.

Uno de los principales voceros de esta iniciativa, Robert Romero Ramírez, rector de la Universidad Popular del Cesar, recalcó la necesidad de proteger a las poblaciones vulnerables. “Hay que garantizar políticas que favorezcan a la población menos favorecida, a la población que está en condición de desigualdad”, expresó. En ese sentido, propuso dos ejes de acción fundamentales: mantener y ampliar la educación pública gratuita y, al mismo tiempo, facilitar el acceso a las universidades privadas para aquellos estudiantes que no encuentren cupo en las instituciones oficiales.

Por su parte, Juan Camilo Montoya Bozzi, rector de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, insistió en que el sistema mixto debe ser valorado como una gran herramienta para aumentar la cobertura y mejorar la calidad. A su juicio, el financiamiento adecuado es clave para responder a las necesidades de los estudiantes y sus familias, y también para solventar las dificultades estructurales que enfrentan muchas universidades, tanto públicas como privadas.

Las propuestas de ASCUN incluyen, además, el fortalecimiento del sistema de aseguramiento de la calidad, el impulso a nuevas formas de articulación entre los diferentes niveles de educación —media, técnica, tecnológica y universitaria—, la creación de programas más flexibles y adaptados a los intereses de los jóvenes, y, sobre todo, el compromiso de blindar las políticas educativas para que trasciendan los ciclos electorales.

Este llamado adquiere relevancia en un contexto donde Colombia enfrenta enormes desafíos en materia de equidad, pertinencia y calidad en la educación superior. Con más de 300 instituciones activas en el país y millones de estudiantes matriculados, el sistema mixto ha sido clave para democratizar el acceso, pero también requiere inversiones y reformas urgentes para responder a los retos del siglo XXI.