Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En el vasto panorama de más de cuatrocientos aeropuertos en Colombia, uno destaca por su singularidad: el aeropuerto de ‘Hacaritama’ en Aguachica, Cesar, que parece salido de una novela de realismo mágico de García Márquez. La periodista Rosy Palma, a través de su plataforma Traveler Colombia, ofrece un vistazo a esta peculiar terminal aérea.
"El aeropuerto más pintoresco de Colombia", según Palma, tiene una sala de espera al aire libre, ubicada bajo un árbol de mango. Aunque no es una ruta muy concurrida, los vuelos que operan en Aguachica transportan aproximadamente cincuenta personas, quienes encuentran en esta experiencia un toque encantador a pesar de las instalaciones básicas.
La terminal de Aguachica es diminuta, con solo dos áreas principales: una para el registro manual del equipaje y otra para el embarque. Debido a la ausencia de una banda de equipaje electrónica, los pasajeros deben llegar con antelación. Tras registrarse, se les proporciona un bono para recoger su maleta en el destino final y se les indica que esperen bajo el árbol de mango si aún no es su hora de abordar.
En lugar de las modernas opciones gastronómicas que uno esperaría en aeropuertos grandes, este aeropuerto cuenta con un pequeño puesto de comida en la calle que ofrece fritos y bocadillos empaquetados. Los precios son bastante accesibles, con una papa rellena costando 3.000 pesos y una malta 3.500 pesos, muy lejos de los elevados precios de aeropuertos más grandes.
Frente a la pista, los viajeros enfrentan una última revisión manual del equipaje antes de dirigirse a la sala de abordaje. Dentro, hay baños separados para hombres y mujeres, que resultan suficientes dado que los aviones suelen tener capacidad para 48 pasajeros y tienden a salir antes de lo previsto.