Así se roban el alumbrado público en Bucaramanga
Resumen
Bucaramanga sufre oscuridad no por falta de bombillos sino por corrupción. La Oficina de Alumbrado Público gasta millones en sueldos de personal innecesario al servicio de la política, en vez de mejorar el sistema.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Bucaramanga no está a oscuras por falta de bombillos, está a oscuras porque la plata del alumbrado público se la están gastando en burocracia para pagar favores políticos.
Por: Oscar Jahir Hernández Rugeles
El Distrito de Bogotá tiene en su nómina menos de 20 funcionarios administrativos para el funcionamiento de más de 360 mil luminarias, pero en Bucaramanga, con un poco más de 50 mil luminarias, tienen una nómina de 81 contratistas, y ninguno de ellos se pone un overol, porque la mayoría no son más que corbatas que solo van a cobrar el sueldo y a inflar bombas en las reuniones políticas de las iglesias.
Aunque ustedes no lo crean, en la oficina de alumbrado público de la ciudad tienen contratados dentro de esa nómina a 13 abogados, 5 administradores de empresas, 4 arquitectos, 43 ingenieros dentro de los cuales se encuentra un ingeniero de minas y hasta un ingeniero de petróleos que tenían trabajando en la Dirección de Tránsito.
Siendo, así las cosas, no resulta sorprendente que el mayor escándalo de la administración actual haya tenido su origen en estas dependencias, cuando se desapareció la chatarra del alumbrado, involucrando de forma directa al bachiller Oscar Andrés Ramírez Luquerna, cuñado del exalcalde Jaime Andrés Beltrán. ¿Cómo se explica que en una dependencia como alumbrado público existan más de 40 ingenieros y solo una cuadrilla de 10 empleados?
Los dineros públicos se están yendo por las alcantarillas y ninguno de los asesores que antes se condolían por el gasto de una menta con la caja menor del despacho del alcalde, hoy dicen algo cuando los que generan este despilfarro, son los mismos que les mantienen los inservibles puestos que hoy ostentan.
La mejor muestra de cómo están despilfarrando los impuestos de la ciudadanía, es el contrato del alumbrado navideño por siete mil millones de pesos, de los cuales le quieren vender la idea a los bumangueses, que la iluminación del parque García Rovira costó 534 millones de pesos, la del parque San Pío 487, la del parque de los niños 477, la del parque Santander 477 y la del parque San Francisco 212. Y estos son los parques emblemáticos, porque los demás, como el parque de Las Cigarras, tuvieron un gasto de 310 millones y el de Morrorico de 406 millones.
Aquí hay mucha tela de donde cortar, pero al primero que se tiene que llamar a responder por sus acciones es a Giovanny Alexander Robelto Valderrama, el supervisor de toda esta vagabundería, así como también a Anderson Ernesto Ballesteros Cárdenas, quien junto con Robelto, para nada han defendido los intereses de la ciudad.
La Oficina de Alumbrado Público es una olla podrida que podría llevar a más de un funcionario a la cárcel y poner a la Secretaria de Infraestructura de Bucaramanga, María del Rosario Torres Vargas, en la misma silla donde está sentada Claudia Janeth Toledo. Desde esta tribuna comenzamos hoy esa investigación.