Brayan León Muñiz denuncia amenazas tras empate de Independiente Medellín y recibe respaldo del club

La tensión entre la hinchada de Independiente Medellín y sus jugadores escaló a un nuevo nivel tras el empate 1-1 frente a Alianza F.C. de Valledupar en el inicio del torneo Clausura 2025. En medio de un ambiente de frustración generalizada, el delantero Brayan León Muñiz denunció haber recibido amenazas directas en redes sociales y mensajes intimidantes a su celular, luego de que su número personal fuera filtrado en plataformas digitales. La situación ha encendido las alarmas en la dirigencia del “Poderoso de la Montaña”, que ya vivía días convulsionados tras perder la final de la Liga BetPlay ante Independiente Santa Fe.

El 14 de julio, León Muñiz utilizó su cuenta personal de Instagram para revelar públicamente las amenazas de las que ha sido víctima, desmintiendo además una serie de rumores que cuestionaban su compromiso con el equipo. “Quizás personas a las cuales no les hice ver o escuchar lo que ellos querían vienen a inventar cosas que no salieron de mi boca”, escribió. “Todos saben que nunca negué una gota de sudor con esta camiseta, que siempre estuve para ayudar y darles alegrías”.

El atacante expresó su tristeza por la forma en que se ha distorsionado su imagen ante la hinchada. “Me quedo con un sabor amargo de ver cómo inventan cosas para hacerme quedar mal”, afirmó, dejando claro que su intención siempre ha sido entregarse al máximo por el club.

En respuesta, el club Independiente Medellín emitió un comunicado oficial rechazando enérgicamente los actos de acoso y amenazas contra su jugador. “El Equipo del Pueblo S.A. lamenta profundamente las acciones violentas, actos vandálicos y provocaciones entre miembros de la Familia Roja en el pasado encuentro ante Alianza F.C.”, señaló el documento. Además, el club confirmó que activó sus protocolos internos de acompañamiento y protección para el futbolista y su familia, e informó a las autoridades competentes para que se adelante la respectiva investigación.

“Todas estas acciones atentan contra la integridad, tranquilidad y dignidad de quienes hacen parte de nuestra institución, y no tienen cabida en el deporte ni en la sociedad”, subrayó el club paisa.

La tensión no es nueva. La eliminación en la final del semestre anterior dejó heridas abiertas en una parte de la hinchada, que no ha ocultado su inconformismo con varios integrantes del plantel. Entre ellos, el arquero uruguayo Washington Aguerre, quien también ha sido blanco de duras críticas y protagonizó un cruce verbal con algunos aficionados. Su situación, incluso, podría derivar en una salida anticipada del club, con un eventual regreso al Peñarol de Uruguay.

Más allá del plano deportivo, esta situación expone una problemática más profunda: el límite entre la pasión del fútbol y la violencia digital. Lo que empezó como un mal resultado deportivo ha escalado hasta convertirse en un conflicto que toca temas de derechos, dignidad y seguridad personal. “Rechazamos categóricamente las amenazas, intimidaciones y mensajes de acoso recibidos por nuestro jugador y su familia a través de redes sociales y por la filtración indebida de su número de WhatsApp”, insistió la institución en su pronunciamiento.

El llamado del club, en medio de la crisis deportiva y emocional, apunta a una reflexión más amplia: la rivalidad y la exigencia en el fútbol deben mantenerse dentro de los límites del respeto y la legalidad. El caso de Brayan León Muñiz debe servir como alerta sobre los riesgos que enfrentan los deportistas, no solo en la cancha, sino en el mundo digital donde las agresiones se amplifican con rapidez y consecuencias imprevisibles.

Mientras tanto, el plantel de Independiente Medellín se prepara para lo que será una semana clave: no solo deberá recuperar terreno en la tabla de posiciones, sino también recomponer su relación con una hinchada que, si bien exige resultados, también debe asumir con responsabilidad el papel que juega en la construcción —o destrucción— de la estabilidad emocional de sus jugadores.