Brote de fiebre amarilla revela crisis ambiental y sanitaria en Colombia
Resumen
El brote de fiebre amarilla en Colombia revela una crisis ambiental y sanitaria más seria. Factores como deforestación, urbanización y cambio climático favorecen el virus, señalan expertos, con una letalidad de 44.8%. La vacunación es clave para contener la expansión.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El reciente brote de fiebre amarilla que afecta a Colombia encendió las alarmas entre la comunidad científica. Profesores de microbiología y epidemiología de la Universidad del Rosario advirtieron que la enfermedad no es solo un tema de control vectorial, sino una señal preocupante de una crisis ambiental y sanitaria más profunda que atraviesa el país.
“No es solo un tema de mosquitos. Es un síntoma de un desequilibrio en nuestros entornos y sistemas de salud. Si no actuamos ahora, veremos más brotes y desafortunadamente más muertes”, afirmó Luz Helena Patiño, coordinadora técnico-científica del Centro de Investigación en Microbiología y Biotecnología de esa institución.
El más reciente Boletín Epidemiológico Semanal del Instituto Nacional de Salud (INS), con corte a la semana del 4 al 10 de mayo, confirmó 87 casos de fiebre amarilla y 39 muertes, lo que representa una letalidad acumulada del 44,8 %. El departamento más afectado es Tolima, donde se han reportado 69 casos y 26 defunciones.
Según los expertos, este virus transmitido por mosquitos como el Aedes aegypti (el mismo vector del dengue, zika y chikungunya), así como los géneros Haemogogus y Sabethes en zonas selváticas, se ha visto favorecido por factores estructurales como la deforestación, la urbanización descontrolada, las migraciones forzadas y el cambio climático.
“La fiebre amarilla es considerada como una enfermedad grave y puede constituirse en una emergencia de salud pública de importancia internacional, según el Reglamento Sanitario Internacional”, explicó Carlos Trillos, epidemiólogo y profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.
Tres fases clínicas y alta letalidad
Tras la picadura del mosquito infectado, el virus de la fiebre amarilla tiene un periodo de incubación de entre 3 y 6 días. Su evolución clínica se divide en tres fases:
- Fase inicial: fiebre alta, dolores musculares, vómitos, cefalea intensa y pérdida del apetito. Puede haber bradicardia paradójica (pulso lento con fiebre alta).
- Fase de remisión: los síntomas desaparecen temporalmente durante 24 a 48 horas.
- Fase tóxica: en cerca del 15 % de los casos, reaparece la fiebre junto con ictericia, sangrados, afectación hepática, renal y del sistema nervioso central. La mortalidad en esta fase puede alcanzar el 50 %.
Aunque existe una vacuna segura y altamente eficaz, los niveles de inmunización en Colombia siguen siendo insuficientes. Actualmente, se recomienda para personas entre 9 meses y 59 años de edad, con restricciones para adultos mayores e inmunosuprimidos.
“Vacunarse al menos 10 días antes de viajar a zonas de riesgo, usar repelente, ropa protectora y eliminar criaderos de mosquitos son medidas básicas pero necesarias para contener el brote”, puntualizó Trillos.
Desde la academia, los expertos hacen un llamado al Estado para que adopte estrategias integrales que enfrenten tanto las causas estructurales del brote como las condiciones de vulnerabilidad social que facilitan su expansión.
“Esta no es una crisis aislada. Lo que está ocurriendo con la fiebre amarilla es una expresión del deterioro ambiental, del abandono de las zonas rurales y del debilitamiento de la salud pública”, concluyó Luz Helena Patiño.