Bucaramanga no tiene cabida para la delincuencia foránea
Resumen
La presencia de estructuras criminales jóvenes en Bucaramanga, provenientes del Magdalena Medio y el Catatumbo, obliga a refuerzos de seguridad. El desafío es contener la violencia y erradicar las rutas de droga mediante una inteligencia más proactiva.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El arribo de estructuras criminales procedentes del Magdalena Medio y el Catatumbo encendió las alarmas en Bucaramanga. El alcalde Jaime Andrés Beltrán advirtió sobre la aparición de grupos conformados por jóvenes entre dieciocho y veintitrés años con la misión de imponer un modelo de violencia y extorsión.
Ante este panorama la ciudad enfrenta un doble desafío que es el de contener posibles acciones terroristas y erradicar rutas de droga que aprovechan corredores locales.
Las detenciones recientes aportaron pruebas que revelan la magnitud del problema. Seis capturas, de las cuales tres resultaron trascendentales, confirmaron la presencia de una primera célula dedicada a homicidios selectivos.
Una segunda célula pretendía instaurar un esquema de extorsión similar al empleado en el Catatumbo. Ambas operaciones presentan un alto grado de organización y recursos, tanto económicos como logísticos.
El uso de adolescentes con fines criminales obliga a replantear las estrategias de defensa ciudadana y una reacción de las autoridades que se tradujo en controles reforzados en accesos y la terminal de transporte.
Desde el lunes anterior dos pelotones de Policía Militar se sumaron a las patrullas convencionales en la capital santandereana, sin embargo, esta medida no es de choque directo y carece de la profundidad necesaria para neutralizar la amenaza desde la inteligencia.
Las inspecciones a buses, camiones y vehículos particulares permitieron incautar drogas y armas, pese a eso, el despliegue visible de operativos no equivale a la anticipación del delito.
La distinción entre medidas de contención y acciones proactivas resulta fundamental, porque la Fuerza Pública debe contar con información oportuna que permita desarticular las redes antes de su despliegue.
La cooperación interinstitucional entre Policía, Ejército e investigadores no debe limitarse a respuestas reactivas, es imprescindible centralizar los datos, analizarlos y definir rutas de castigo judicial para los responsables.
El éxito de la estrategia de seguridad en Bucaramanga dependerá de factores como la consolidación de un sistema de inteligencia permanente que prevenga el reagrupamiento de estas redes y el fortalecimiento de programas de prevención social orientados a jóvenes vulnerables que eviten su captación por parte de organizaciones delictivas.
Bucaramanga y su Área Metropolitana reclaman una respuesta firme y sostenible contra los criminales y las capturas y los decomisos posicionan a las autoridades en un terreno de oportunidad para consolidar avances.
El reto consiste en mantener la presión contra estas estructuras sin abandonar el pulso de la inteligencia y la prevención. Sólo así se podrá garantizar la seguridad y preservar la tranquilidad ciudadana.
Resulta crítico implementar mecanismos de monitoreo comunitario que faciliten la denuncia rápida y el flujo de información entre ciudadanos y autoridades, sería más practico utilizar tecnología con inteligencia artificial que trabaje en tiempo real.
El empleo de tecnologías de vigilancia electrónica potenciaría el alcance del trabajo policial en zonas de difícil acceso. Así mismo, hay que cercenar la capacidad de los criminales para reclutamiento de jóvenes y reforzar, en gran medida, la cohesión urbana local.