Carlos Camargo llegó a la Corte Constitucional en medio de polémicas y demandas

En medio de un ambiente de controversia, el exdefensor del Pueblo Carlos Camargo asumió como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. El presidente Gustavo Petro no asistió a la ceremonia, lo que marcó un nuevo distanciamiento con el alto tribunal tras la derrota de la candidata que había respaldado meses atrás.

Camargo inició su intervención asegurando que “no recibo un privilegio, sino una responsabilidad mayor”. Sus palabras, sin embargo, contrastaron con las revelaciones de La Silla Vacía, que documentaron cómo, siendo defensor del Pueblo, nombró a familiares del 41% de los magistrados de la Corte Suprema que lo ternaron.

“El reto no será fácil. En tiempos de polarización, la tentación del poder de someter a las instituciones es más fuerte. Pero precisamente por eso la Corte debe ser firme”, agregó el nuevo magistrado durante un discurso que buscó enviar un mensaje de independencia.

El acto de juramentación estuvo a cargo de la vicepresidenta de la Corte, pues el presidente Jorge Enrique Ibáñez no pudo asistir por motivos de salud. La ausencia de Petro fue leída como una señal de la tensión que persiste entre el Ejecutivo y la justicia, más aún cuando la elección de Camargo desencadenó la salida de tres ministros y obligó a Petro a recomponer su gabinete.

La trayectoria del nuevo magistrado ha estado marcada por acusaciones de clientelismo. Investigaciones periodísticas señalan que, en sus últimos tres cargos, recurrió a nombramientos de allegados de figuras influyentes para asegurar apoyos y luego dejó los puestos antes de concluir sus periodos con miras a nuevas aspiraciones.

Su designación ya enfrenta ocho demandas que cuestionan, entre otros aspectos, la violación a la ley de cuotas por la sobrerrepresentación masculina en la Sala Plena, que ahora alcanza el 66%. Una de esas demandas recayó en el magistrado Omar Joaquín Barreto, quien pidió declararse impedido por su cercanía personal con Camargo.