Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Error tras error, así podría simplificarse para definir el adefesio cometido por dos administraciones anteriores del municipio de Bucaramanga, que contrataron el servicio de luminarias para el alumbrado público con la empresa CELSA, la cual, en ese entonces, ya había tenido reparos protuberantes en las ciudades de Ibagué, Tolima y Medellín, Antioquia.
Pero para Rodolfo Hernández eso no fue obstáculo para adjudicar la licitación, todo porque esa empresa cobraba más barato y luego juan Carlos Cárdenas, a sabiendas de la mala calidad de las pantallas luminosas, de su corta duración y daños constantes, volvió a adjudicar el contrato, con el consiguiente perjuicio para la ciudad.
El tema de alumbrado público de una ciudad es cosa seria porque está adherido a la seguridad, al ornato y la dinámica del tránsito vehicular, porque una buena iluminación evita accidentes fatales.
Las luminarias que provee la empresa CELSA, en el papel, están diseñadas para una vida útil de diez años, pero eso no se logra porque la calidad es tan mala que algunas no llegan los seis meses de servicio porque se dañan y hay que reemplazarlas.
Pero no sólo es suplir la pantalla que se daña, es que de la empresa fabricante la envía a Bucaramanga con pleno conocimiento de que las especificaciones no son las que ofrecieron en la licitación, llegan en buen estado, pero al poco tiempo de servicio, estas lámparas entran en falla, con lo cual la iluminación en la ciudad es esporádica e intermitente.
La Empresa de Alumbrado Público del municipio debe afrontar estos contratiempos que se presentan en las luminarias, sumados al robo de cables, violación de las cajas de control, daño de los postes o soportes de las lámparas, vandalismo y robo de elementos de las cajas.
¿Será que la Alcaldía de Bucaramanga contempla emprender acciones legales contra la empresa CELSA por daños y perjuicios? Debería hacerlo porque ya existe el historial de la Alcaldía de Ibagué, la cual demandó y ganó el pleito con lo cual CELSA debe pagar una onerosa indemnización, con lo cual se recupera el dinero de los ciudadanos.
CELSA prometió asumir la reparación de las lámparas que se dañan, pero es que, el trasfondo no es que entren en falla, es que reparadas o no, nuevas, o recién salidas de la fábrica, no sirven. La falla va a ser permanente por que la calidad de sus elementos no es el requerido para un trajín como el de estar prendidas por doce horas continuas todos los días, durante diez años. Eso no lo soportan esas luminarias.
Bucaramanga tiene que entrar a hacer efectivas las pólizas de calidad, de lo contrario, los postes de alumbrado público seguirán coronados por lámparas inservibles que se apagan o titilan a cada rato, como serie de Navidad, entre tanto, las bodegas de la Oficina de Alumbrado Público se atiborran de chatarra.
