Resumen
La elite política de Colombia, marcada por ambiciones personales y corrupción, ha llevado al fracaso a los partidos tradicionales. El exguerrillero del Movimiento Diecinueve de Abril se encuentra ahora en el poder, gracias a la complicidad del ingeniero Rodolfo Hernández Suárez.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La caravana de aspirantes a la presidencia de la república para dentro de dos años, está llena de personajes de la elite nacional, que perdieron las elecciones hace dos años y le entregaron el poder a un exguerrillero del Movimiento Diecinueve de Abril, en alegre complicidad con el ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, que sirvió de comodín para colocar en el poder a la izquierda recalcitrante.
Las ambiciones personales de figuras mesiánicas que quieren perpetuarse en el poder, llevaron al fracaso de los partidos tradicionales y de las otras vertientes del pensamiento político, que para la fecha de las elecciones presidenciales se habían acomodado en treinta y cinco partidos políticos, de difícil calificación, para un país azotado por todas las violencias y por la corrupción generalizada que se ha apoderado de Colombia.
Ochocientos setenta mil santandereanos acompañamos la candidatura presidencial del ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, que fingiendo ser el adalid de la lucha contra la corrupción, trataba de ocultar sus ambiciones para ponerse a salvo con la justicia, que lo buscaba para que respondiera por la manipulación de un millonario contrato, de único proponente, otorgado por la alcaldía de Bucaramanga, para la compra de una planta de tratamiento de basuras, que ofrecía la Empresa Vitalogic.
Años atrás habíamos padecido la vergüenza de apoyar un candidato presidencial recetado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que resultó comprometido con la torcida financiación de su campaña, a manos de los contratistas de la firma brasilera Odebrecht, encargados de construir la autopista de la Ruta del Sol, en travesía por la región del Magdalena Medio.
El montaje de una conspiración contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, para obligarlo a renunciar a su curul de senador, como principal elector del partido Centro Democrático, produjo el ‘alunizaje’ de Gustavo Petro en los sindicatos petroleros y del magisterio, algunos de los cuales le vendieron el alma al diablo, para comprar con los auxilios sindicales unos pedazos de poder, como quedó comprobado recientemente con la recomposición de la junta directiva de la Empresa Colombiana de Petróleos – ECOPETROL y con el nombramiento de tres líderes y lideresas del partido comunista en los ministerios del trabajo, educación y salud.
Algunos de los genios del denominado ‘Pacto Histórico’, donde tuvo cabida hasta el gato, para tomarse el poder político en Colombia, estuvieron de visita en varias cárceles del país, ofreciéndoles el beneficio de la amnistía e indulto por sus crímenes al Clan del Golfo, al Ejército de Liberación Nacional, a las disidencias de la Nueva Marquetalia y al denominado ‘Estado Mayor de las FARC’, que dirige alias ‘Iván Mordisco’ y recogieron millonarias sumas de dinero de dudosa procedencia, con lo cual esperan perpetuarse en el poder.
Es el panorama vergonzoso de este país, donde la iniciativa del expresidente Álvaro Uribe Vélez ha prendido las alarmas, advirtiendo que es necesario preparar a las nuevas generaciones en una ‘Academia para la formación de nuevos líderes políticos’, con el fin de desterrar la corrupción que ha hecho trizas con el sistema democrático y presidencialista, devolviéndole a las fuerzas militares y de policía el respeto y la majestad de sus acciones en defensa de la Constitución Nacional y de las leyes de la república.