Resumen
El cuerpo de una mujer china de 73 años, Chan Zhu, fue encontrado en su casa en Colombia, en estado de descomposición y sin signos de violencia. En espera de sus familiares y sufriendo dificultades económicas después de la pérdida de su hermano, la causa de su muerte aún se investiga.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En el Instituto de Medicina Legal de Bucaramanga, la expectativa crece a medida que transcurren los días sin la presencia de los familiares de Chan Zhu, una ciudadana china de 73 años cuyo cuerpo fue hallado sin vida y en estado de descomposición el pasado 24 de diciembre en su residencia de Piedecuesta.
La noticia de su fallecimiento surgió cuando vecinos del barrio La Candelaria alertaron sobre un fuerte olor proveniente de la vivienda de Chan Zhu, quien residía sola desde el fallecimiento de su hermano hace unos años. Según informaron las autoridades, el cadáver fue encontrado en avanzado estado de descomposición, aunque no se registraban signos evidentes de violencia.
El misterio en torno a las circunstancias exactas de su muerte persiste, y los investigadores exploran la posibilidad de que la causa esté relacionada con la inanición. La mujer atravesaba una difícil situación económica desde la muerte de su hermano, quien era su único familiar en Colombia.
Chan Zhu, quien llegó al país en 1989 y operó un restaurante de comida china en Piedecuesta durante varios años, se vio sumida en la crisis económica tras la pérdida de su hermano. La solidaridad de los vecinos se volvió esencial para la subsistencia de la mujer, ya que no disponía de recursos para sus necesidades básicas.
La Policía descartó inicialmente signos externos de violencia en el cuerpo, aunque se continúa investigando para esclarecer los hechos.
A pesar de los esfuerzos por contactar a los familiares de Chan Zhu, hasta el momento, ninguno se ha presentado en el Instituto de Medicina Legal de Bucaramanga. El cadáver permanece en las instalaciones a disposición de la Fiscalía, y en caso de que no aparezcan familiares en un plazo razonable, se considerará la posibilidad de inhumar los restos en un cementerio local con la previa autorización de la administración de Piedecuesta. La incertidumbre persiste mientras los residentes esperan la resolución de este triste episodio que ha conmovido a la comunidad.