Colombia rechaza presión de EE. UU. por migrantes y revocatoria de visa a Petro
Resumen
Colombia se opone a la presión estadounidense para deportar a 33,000 migrantes colombianos. La canciller Villavicencio defiende la dignidad nacional y critica las políticas de Trump, mientras se aborda la crisis del Darién y se rechaza la revocatoria de visa a Petro.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Durante el encuentro internacional La vorágine del migrante colombiano en el Mundo, la ministra de Relaciones Exteriores, Rosa Villavicencio, expresó un contundente rechazo a la presión de Estados Unidos para la deportación de 33.000 colombianos indocumentados. Según la canciller, Washington amenazó con trasladarlos a la prisión de Guantánamo, situación que calificó como una “espada de Damocles” sobre el país.
Villavicencio afirmó que el Gobierno colombiano no permitirá que dichos vuelos ingresen al espacio aéreo nacional y que, de ser necesario, la Fuerza Aeroespacial impedirá su paso. La jefa de la diplomacia colombiana insistió en que el Ejecutivo luchará “con dignidad” ante la política migratoria estadounidense y cuestionó las medidas adoptadas desde el gobierno de Donald Trump, que habrían incrementado los casos de migración de retorno.
La canciller también se refirió a la crisis en el Darién, donde en lo que va de 2025 más de 10.000 personas han cruzado la peligrosa selva en su intento de llegar a Norteamérica.
En el mismo evento, Villavicencio defendió la postura del presidente Gustavo Petro ante la Asamblea General de la ONU y rechazó la decisión del Departamento de Estado de retirarle la visa. Destacó que el discurso de Petro fue “disruptivo”, al cuestionar la criminalización de los migrantes, la política antidrogas y la situación en Gaza, planteando la necesidad de acuerdos globales para garantizar la libre movilidad de las personas.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió en un comunicado que la revocatoria de la visa del mandatario atenta contra el espíritu de la Carta de la ONU de 1945, que garantiza la libertad de palabra y la inmunidad diplomática. La Cancillería sugirió que, de persistir estas restricciones, se debería considerar un país sede neutral para los eventos multilaterales.