Colombiano fue acusado de doble asesinato en Londres
Resumen
Yostin Mosquera, conocido por su nombre en plataformas para adultos, enfrenta cargos por el doble asesinato de una pareja en Londres. Las pruebas incluyen grabaciones íntimas y evidencias de un presunto móvil económico premeditado que ha sido desmentido por el acusado.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Yostin Andrés Mosquera, un colombiano de 35 años conocido en plataformas para adultos bajo el seudónimo I Am Black Master, enfrenta cargos por el asesinato de dos hombres en Londres, cuyos cuerpos fueron hallados desmembrados en el río Avon en julio de 2024. El caso, que ha conmocionado tanto al Reino Unido como a Colombia, se desarrolla actualmente en el tribunal penal de Old Bailey y ha revelado detalles inquietantes sobre relaciones de poder, presunto abuso sexual y móviles económicos.
La investigación comenzó cuando la policía de Bristol halló dos maletas con restos humanos cerca del puente colgante de Clifton. Las víctimas fueron identificadas como Albert Alfonso, de 62 años, y Paul Longworth, de 71, una pareja unida civilmente en 2023. Mosquera convivía con ambos en su vivienda en Shepherd’s Bush, al oeste de Londres, y mantenía una relación sexual registrada en video con Alfonso, quien además habría apoyado económicamente al acusado en años anteriores.
La fiscalía, liderada por Deanna Heer, presentó evidencia contundente: grabaciones íntimas entre Mosquera y Alfonso, búsquedas en Google como “Dónde en la cabeza es un golpe fatal”, movimientos financieros desde las cuentas de las víctimas y grabaciones posteriores al crimen donde Mosquera interactúa con los cuerpos, incluso cantando y bailando. También se demostró que el acusado copió contraseñas e información bancaria a su computador, lo que refuerza la teoría de un móvil económico premeditado.
Mosquera admitió haber matado a Alfonso, pero asegura que fue en un momento de pérdida de control, motivado por una supuesta situación de abuso sexual y chantaje. Según su versión, Alfonso lo forzó a participar en grabaciones sexuales cada vez más extremas y lo explotaba económicamente. No obstante, la Fiscalía cuestionó la veracidad de estas afirmaciones, indicando que nunca fueron mencionadas en su defensa inicial ni en las declaraciones recolectadas durante la investigación.
Respecto a Longworth, Mosquera niega ser el autor del homicidio y sostiene que fue Alfonso quien lo mató durante una discusión. Sin embargo, los fiscales lo acusan de haber planeado los asesinatos para apoderarse del dinero de la pareja, argumentando que las acciones del acusado, como la compra de un congelador y las búsquedas sobre propiedades, demuestran una intención clara y anticipada.
El proceso continúa, con el jurado expuesto a pruebas audiovisuales y testimonios sobre la vida íntima del acusado y su convivencia con las víctimas. Mientras tanto, Mosquera permanece bajo custodia y a la espera del veredicto final, en un juicio que no solo pone en evidencia un brutal crimen, sino que abre un debate sobre abuso, manipulación emocional y las complejidades del poder en relaciones marcadas por la desigualdad.
