Complejo de inferioridad

Es la anomalía psíquica que aqueja a casi todos los columnistas y comentaristas de algunos Medios de comunicación masiva en Colombia, en cuanto a su actitud crítica contra el presidente Gustavo Petro. Es que les he leído y oído en sus comentarios unas andanadas de, no injurias ni calumnias sino de unas calabazadas que me inducen a pensar, cuáles y adónde quedan los claustros universitarios donde, esta calidad de comunicadores fingía que estudiaban, puesto que tengo certeza científica que nunca asistieron a clase.

Y también me mueven a hacer cálculos infinitesimales de, cuántos libros y qué tipo de textos han leído en sus andanzas intelectuales para haber logrado chatarrizar a tal punto, punto de masa crítica, sus muy modestas masas encefálicas. Por ejemplo, un columnista de esos dijo, con el fin de subestimar al presidente Petro, que “cuando García Márquez inventó el realismo mágico en Macondo”, yo casi me descachimbo (descachimbar es perder la cachimba) de pensar en que, deductivamente para este ilustre columnista la Mecánica Cuántica la inventaron los morralleros en Somondoco, y que sólo sirve para reparar motores de combustión interna de carros viejos.

Yo no sé cómo no se murió chiquito ese muchacho con esa debilidad cerebral, pensé yo para mis adentros. Pobrecitos la mamá y el papá. Y tanta plata que le metieron en universidad. Dónde aprendería semejante felonía intelectual este hombre, muy seguramente a escondidas de sus acudientes. No se le ocurrió averiguar por Tristan Tzara, o con mayor precisión por el Dadaísmo que, pasando por el Surrealismo, sería el verdadero origen del realismo mágico.

Y fue una expresión acuñada por Arturo Uslar Pietri, escritor venezolano en 1948 en un ensayo que denominó, “Letras y hombres de Venezuela”. Pero antes lo había tratado el crítico de arte alemán, Franz Roh en 1925. No obstante, fue en el boom latinoamericano cuando aparecen escritores como Alejo Carpentier, Isabel Allende, García Márquez, Vargas Llosa, que adoptaron este novedoso estilo literario. Así que el cerebral columnista, está “miando” fuera del pato.

Y de esa misma forma él columnista ese, y otros más, se agarran de unas chabacanadas que lo inducen a uno a deducir que, en realidad están muy lejos intelectual, profesional y políticamente del presidente Petro. Incluso alguien lo calificó, aparte de mediocre intelectualmente, que además era muy feo. A más no encontrar argumento, un columnista de esos, lo califica de presidente tuitero. Que no se la pasa sino pegado al celular enviado mensajes en Twitter y de paso gobernando a través de twiter.

¿Esa es una apreciación sólida para un periodista columnista, generador de opinión, entre otras cosas de “gran prestigio” académico e intelectual?  Como no es fácil presentar citas o notas de radio y de televisión, me veo obligado a sólo recordar calificativos como el de guerrillero asesino, solapado, de personalidad débil, y como si eso fuera poco, eminentemente mentiroso.

Como todas las personas que tenemos cuatro dedos de frente, y sí fuimos a algunas universidades a estudiar o a dictar clase con responsabilidad académica y brillantes profesional, que por nuestras manos han pasado no pocos libros de literatura, de ciencias, incluso de matemáticas y física los que tuvimos la suerte y el cerebro para estudiar ingeniería,  esas personas podemos sostener y demostrar que los columnistas aludidos no son otra cosa que “calumnistas”, sin criterio político, sin estatura ni solidez profesional. Negacionistas no por su propio pensamiento, sino porque, como son “calumnistas” útiles, sus jefes se lo ordenan.

Pero yo estoy seguro y me atrevo a sostenerlo y además a comprobarlo, que realmente son, sin ninguna duda, acomplejados de inferioridad. El presidente Petro, con el solo discurso lírico-político, y además altamente académico, los convierte en simples comentaristas de farándula, matrimonios y bautizos.