Congresista santandereana denuncia abuso de poder en el Ministerio de la Igualdad

Congresista santandereana denuncia abuso de poder en el Ministerio de la Igualdad

Resumen

Jennifer Pedraza, congresista santandereana, denuncia cómo el Ministerio de la Igualdad se ha convertido en un espacio de nepotismo. Acusa al ministro del Interior, Armando Benedetti y destaca el ascenso de figuras políticas sin mérito profesional, en detrimento de la juventud preparada.

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La voz de Jennifer Pedraza, aunque crítica, se alza con una fuerza ética que empieza a calar en muchos sectores, incluso fuera de su ideología. En medio de la frustración generalizada frente al rumbo del gobierno, sus palabras no solo denuncian, también interpelan: ¿Para quién se está gobernando? ¿Dónde quedó la promesa de igualdad? Mientras el país observa con preocupación el rumbo del Ministerio de la Igualdad, crece la exigencia de que los cargos públicos dejen de ser premios de lealtad y se conviertan, de una vez por todas, en espacios donde prime el mérito y la capacidad. De eso se trata la verdadera igualdad.

 

 

 

Por Camilo Ernesto Silvera Rueda - Redacción Política / EL FRENTE

La congresista santandereana Jennifer Pedraza lanzó una contundente denuncia contra la estructura clientelista que, según ella, ha tomado el control del Ministerio de la Igualdad bajo el Gobierno Petro. Asegura que se están asignando altos cargos a mujeres sin experiencia, favorecidas por su cercanía política y no por méritos profesionales, mientras jóvenes preparados son ignorados. El ministro del Interior Armando Benedetti es el blanco de las críticas.

En una intervención que ha resonado en todo el espectro político la representante a la Cámara por Bogotá, la santandereana Jennifer Pedraza, reconocida por su postura crítica pero argumentada, puso en evidencia lo que denominó un nuevo episodio de nepotismo y politiquería dentro del Gobierno del presidente Gustavo Petro.

Esta vez, la denuncia recae sobre el Ministerio de la Igualdad, una institución que, paradójicamente, nació con la promesa de representar a los sectores más excluidos y fomentar la equidad entre los colombianos.

Según Pedraza, el Ministerio, creado con una retórica progresista, feminista y transformadora, ha sido cooptado por intereses personales y redes de favores políticos, alejándose completamente de su objetivo inicial.

La congresista denunció con firmeza la consolidación del llamado “Clan de las Hermanas Guerrero”, integrado por Juliana y Verónica Guerrero, quienes, pese a su nula trayectoria laboral o técnica en el sector público, han logrado escalar a posiciones privilegiadas dentro del Ministerio, amparadas por el respaldo del ministro del Interior, Armando Benedetti.

“Pasamos de tener un ministerio para las mujeres y la juventud, que era la ilusión del Ministerio de la Igualdad, a que llegaran a mecateárselo Armando Benedetti, a través de un nuevo clan que ha surgido en Colombia conocido como el de las hermanas Guerrero”, afirmó Pedraza ante el Congreso.

La denuncia no es menor. Juliana Guerrero, sin experiencia comprobada en políticas públicas, juventud o equidad de género, estaría a punto de ser nombrada como viceministra de Juventud, una de las carteras clave dentro del Ministerio de la Igualdad. Este ascenso, según Pedraza, no se debe al mérito, la preparación académica o la experiencia profesional, sino a su cercanía personal con Benedetti, una figura central en el poder ejecutivo del Gobierno.

Lo que más ha encendido la indignación pública es que, pese a no contar con la trayectoria requerida para asumir tan altas responsabilidades, estas funcionarias estarían devengando salarios de hasta 14 millones de pesos mensuales, en un país donde miles de jóvenes profesionales, con estudios en universidades públicas y privadas, maestrías en el exterior y años de experiencia en el sector público y social, no consiguen una oportunidad para poner su conocimiento al servicio del país.

 

Meritocracia arrinconada por el clientelismo

Jennifer Pedraza, una joven congresista que ha hecho de la defensa de la meritocracia, la transparencia y la educación pública su bandera política, no dudó en señalar que este tipo de nombramientos no solo son indignantes, sino profundamente lesivos para la confianza ciudadana en las instituciones. “¿Qué mensaje se les está enviando a miles de jóvenes profesionales del país? Que el estudio, el esfuerzo y la preparación no valen nada frente a la cercanía política con el poder”, cuestionó.

A diferencia de las Guerrero, Pedraza es una figura que se ha ganado su espacio con lucha y coherencia. Representante del movimiento estudiantil y economista de la Universidad Nacional, ha sido reconocida incluso por sectores que no comparten su ideología, pero que valoran su rigor y valentía para denunciar irregularidades, venga de donde vengan. Esta denuncia, por tanto, no es un ataque político vacío, sino un llamado de alerta sobre un modelo de gobierno que parece privilegiar lealtades personales por encima de capacidades profesionales.

 

¿Qué está pasando con el Ministerio de la Igualdad?

La creación del Ministerio de la Igualdad fue uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Gustavo Petro. Anunciado como un hito para las mujeres, los jóvenes, las comunidades LGTBI, afrodescendientes, indígenas y otros sectores históricamente excluidos, hoy ese sueño parece diluirse bajo la sombra del amiguismo y el clientelismo.

El nombramiento de personajes sin trayectoria técnica, pero con conexiones políticas, ha sembrado dudas sobre la verdadera vocación del ministerio. De ser un instrumento de transformación social, ha pasado según voces críticas como la de Pedraza a convertirse en una agencia de empleo para recomendados del alto gobierno.

La denuncia de Pedraza también pone sobre la mesa un debate más amplio: la incoherencia de un gobierno que dice defender a las mujeres, pero perpetúa prácticas de exclusión y corrupción. Bajo el discurso del empoderamiento femenino, se están impulsando nombramientos que poco tienen que ver con la equidad de género y mucho con el oportunismo político.

“No basta con ser mujer para representar a las mujeres”, sentenció Pedraza en su intervención. “Hay mujeres capaces, preparadas, valientes, con experiencia en territorio, en comunidades, en gestión pública. Pero esas no están llegando al poder. Están llegando las amigas del poder”.

La intervención de Jennifer Pedraza deja una responsabilidad clara en manos del Congreso: ejercer control político efectivo y sin contemplaciones. La creación de nuevas estructuras institucionales debe ir acompañada de vigilancia estricta sobre su uso, impacto y transparencia.

De no hacerlo, se corre el riesgo de seguir convirtiendo las promesas de cambio en mecanismos de reproducción de los vicios del pasado. Y ese, para un país sediento de justicia, inclusión y oportunidades reales, sería un retroceso imperdonable.

 

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