Resumen
La Sala Penal de la Corte Suprema ratificó las condenas contra Francisco Ricaurte Gómez y Gustavo Malo Fernández por corrupción. Ambos exmagistrados enfrentan procesos por conspiración y cohecho, con medidas para recuperar el dinero involucrado.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia ratificó las condenas impuestas contra los exmagistrados Francisco Javier Ricaurte Gómez y Gustavo Malo Fernández por hechos de corrupción. Los exmagistrados fueron procesados por actos ilegales cometidos en asocio con particulares para incidir en investigaciones penales contra aforados.
En los fallos de la Corte se resaltó la gravedad de las acusaciones que se hicieron contra los procesados y lo cuestionable de su proceder.
En una primera decisión con ponencia del magistrado Gerardo Barbosa, la Sala confirmó la condena que le impuso la Sala Especial de Primera Instancia a Malo Fernández por los delitos de concierto para delinquir, cohecho propio y prevaricado por omisión.
En la providencia se compulsaron copias para que la Fiscalía adelante los procesos de extinción de dominio contra los dineros que se traficaron por estos hechos de corrupción.
Adicionalmente, la Sala compulsó copias al ente acusador para que se investiguen otros hechos que no han sido objeto de judicialización y que tendrían que ver con la misma organización criminal.
Finalmente, y como medida adicional, la Sala determinó que con costo al procesado se publique en un medio de circulación nacional un resumen de la sentencia y su parte resolutiva. Esta decisión, por ser una sentencia de segunda instancia, no requiere ser leída en audiencia pública y está en proceso de firmas para su difusión.
En otra decisión, la Sala mantuvo la condena al exmagistrado Ricaurte Gómez por los delitos de concierto para delinquir agravado, cohecho por dar u ofrecer en concurso homogéneo y utilización indebida de información privilegiada.
Niegan libertad a Malo
Por otra parte, la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia negó la libertad condicional solicitada por la defensa del exmagistrado Gustavo Enrique Malo Fernández, porque los delitos de concierto para delinquir, cohecho y prevaricato por los que fue condenado a 9 años y 8 meses de prisión, referidos a la corrupción al interior de la más alta corte de la jurisdicción ordinaria, reclaman un tratamiento penitenciario más estricto.
Tras reconocer la redención de la pena por actividades de estudio realizadas en la Cárcel y Penitenciaría de Alta y Media Seguridad para Miembros de la Fuerza Pública – EJEPO, la Sala negó el subrogado solicitado al precisar que, si bien Malo Fernández ya cumplió con las tres quintas partes de la pena (87 meses y 4 días), cuenta con resolución favorable emitida por la dirección del penal y se constata el arraigo. Se concluyó que aún persisten factores que impiden garantizar su reintegración sin afectar la confianza pública.
Para la mayoría de la Sala, el reconocimiento de la libertad condicional de Malo Fernández en estos momentos reflejaría un contrasentido en la credibilidad de la administración de justicia, al poder interpretarse como un mensaje de «impunidad y menoscabo en la autoridad del Estado».
La Sala no descartó la posibilidad de conceder en un futuro la libertad condicional, supeditada a un mayor avance en el cumplimiento de la sentencia y al progreso en el tratamiento penitenciario que lo justifique.
En respuesta a la petición subsidiaria de la defensa indicó que no es posible fijar un plazo exacto ni requisitos adicionales, ya que el proceso penitenciario debe evaluarse progresivamente.
«(…)mal haría esta Corporación en fijar un compromiso para que, bien sea esta misma Sala o en caso de adquirir firmeza la sentencia SEP 00082-2021, el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, viabilice la libertad condicional, pues ello mancillaría la independencia judicial y caería en el ejercicio aritmético que, se insiste, es insuficiente para el estudio que aquí se demanda», insistió la Sala.