Crece incertidumbre por desapariciones y secuestros
Resumen
La desaparición del joyero William Martínez Pabón y el secuestro del ingeniero Gonzalo Arenas, presuntamente a manos del ELN, generan angustia en Cúcuta. Las investigaciones continúan mientras las familias exigen pruebas de vida.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
La zozobra y la angustia se apoderan de varias familias cucuteñas ante la desaparición de un joyero y la persistencia de dos casos de secuestro, que mantienen en vilo a la comunidad del área metropolitana.
Desde el pasado martes 22 de julio, se desconoce el paradero de William Martínez Pabón, propietario de una joyería en el centro comercial Alejandría. Sus familiares han informado que ese día Martínez Pabón salió de su residencia para recoger a sus hijos del colegio y comprar el almuerzo, y desde entonces no se tiene noticia de él. La Policía encontró su vehículo cerca del Anillo Vial Occidental, en inmediaciones del barrio Trigal del Norte. El automóvil no mostraba señales de violencia, y hasta el momento las autoridades no tienen pistas sobre los responsables de su desaparición.
Por otra parte, la incertidumbre persiste en el caso del ingeniero Gonzalo Arenas, quien fue secuestrado en mayo en el sector de San Faustino. Versiones preliminares apuntan a que hombres armados, presuntamente pertenecientes al ELN, serían los responsables.
La familia de Arenas ha solicitado insistentemente pruebas de supervivencia para conocer el estado de salud del ingeniero. Su padre ha expresado una profunda angustia ante la posibilidad de que su hijo haya sido trasladado a Venezuela y ha clamado por el respaldo del Gobierno Nacional, enviando un mensaje de solidaridad a otras familias que atraviesan situaciones similares. “Es una angustia que no se le desea a nadie. Nos preocupa también el caso de la joven de la familia Lindarte”, indicó.
A esta crítica situación humanitaria se suma la desaparición de dos militares secuestrados también en el área metropolitana de Cúcuta, y que se presume están en poder del ELN. Aunque ya se han conocido dos pruebas de vida, aún no hay información clara sobre su paradero, lo que mantiene en vilo a sus seres queridos y a la opinión pública.
Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer estos hechos y lograr el pronto regreso de las personas desaparecidas y secuestradas a sus hogares.