Credulidad

Es un defecto muy frecuente en los seres humanos y de presenta por varias razones entre ellas la ignorancia y a veces la bobería. En muchos casos es una verdadera enfermedad colectiva, el espíritu gregario estimula la conformidad con toda clase de dogmas e ideologías, los rebaños carecen de actitudes críticas.

En la década 1960-1970 se presentó en Colombia     un espectáculo lastimoso, cientos de estudiantes universitarios migrando a Cuba para cortar caña de azúcar como una contribución al triunfo de la Revolución Cubana. ¿Esos ilusos, actualmente en la ancianidad se habrán dado cuenta de los resultados de sus crédulos esfuerzos?

En la guerra entre Irak e Irán en los años 1980-1988, ante la feroz embestida del ejército de Irak, los dirigentes del gobierno teocrático de Irán enviaron mesnadas de jóvenes pésimamente armados, equipados con llaves que le permitirían el acceso al cielo, al morir en combate. ¡El poder de la credulidad!

En las honras fúnebres de José Stalin, en marzo de 1953, grandes muchedumbres lloraron la desaparición del “Padrecito”, un monstruo que ordenó la ejecución de millones de seres humanos. ¡Credulidad al máximo!

La credulidad en el gobierno de Mao Tse Tung llegó a extremos increíbles. millones de campesinos sacrificaron sus vidas para ejecutar los disparates del Gran Salto Adelante.

Todavía quedan restos de todo lo que fue ese régimen disparatado, en Corea del Norte, donde unos líderes bulímicos imponen sus caprichos a unas masas obligadamente crédulas.

La credulidad empezó a tener efecto en los diversos credos religiosos. Por lo cual tuvo lugar la proliferación de santuarios y unas prácticas a veces abominables, tales como el sacrificio de niños entre los Fenicios y otros pueblos cananeos. La práctica del satee entre habitantes del Indostán. La obsesiva búsqueda del martirio entre los primeros cristianos. Los sacrificios humanos rituales, frecuentemente acompañados de canibalismo, entre los Aztecas y algunos grupos del Sudeste Asiático.

La expresión más importante de la credulidad religiosa, actualmente, se presenta en el Islam, con la Jihad islámica y su intolerancia hacia otros cultos religiosos. Esto lleva a la frecuente disposición de los musulmanes a sacrificar la vida para imponer su religión. Unos ejemplos de esto son los atentados suicidas.

Paulatinamente la credulidad originada en el fanatismo religioso, ha sido reemplazada por la credulidad emanada de ideologías políticas o del temor a catastrofismos debidamente publicitados.

La credulidad en aspectos políticos ha llevado a casos verdaderamente estúpidos, como la entrega del Tesoro Nacional de España a la Unión Soviética durante la Guerra Civil Española.

Con la proliferación y diversificación de los medios de comunicación, la explotación de la credulidad se ha multiplicado, desde vulgares estafas, hasta manipulaciones de gran envergadura. Las “pirámides” han llevado a la ruina a miles de ilusos.

La explotación de la credulidad humana llegó al clímax en dos procesos de resonancia mundial. El primero de ellos ha sido la fábula del calentamiento global y el cambio climático, sin ninguna base científica seria, unos charlatanes de muy alto vuelo empezaron a pontificar que la actividad humana estaba cambiando el clima en la Tierra, por lo tanto, deberían buscarse fuentes de energía limpias, cancelando el uso del petróleo y el carbón. Esto llevó a la ruina a múltiples actividades económicas y se intentó imponer el uso de vehículos eléctricos. Esto último fue el desastre los automotores eléctricos se incendian con facilidad, lo que ha producido millares de muertes. ¡Un rotundo fracaso!

La explotación de la credulidad produjo otro esperpento, la falsa pandemia del Covid 19. Se establecieron cuarentenas draconianas para combatir dicha endemia. Pero al analizar los datos del número de muertes anuales totales por países se puede ver que los decesos totales no aumentaron durante la “pandemia”. Toda una comedia trágica que llevó a la muerte a los que se sometieron a los “cuidados intensivos”. Lo único que proliferó fue la venta de in útiles y peligrosas vacunas.