Resumen
El gobierno de Bangladesh impuso un toque de queda nacional debido a disturbios violentos, causados por protestas estudiantiles contra un sistema de cuotas en la administración pública. Los enfrentamientos han dejado al menos 115 muertos y casi 300 policías heridos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El gobierno de Bangladesh ha decretado un toque de queda a nivel nacional a partir de este sábado 20 de julio, en medio de disturbios violentos que han dejado al menos 115 muertos y casi 300 policías heridos en enfrentamientos entre manifestantes estudiantiles y fuerzas del orden. El toque de queda estará en vigor hasta las 10:00 horas del domingo (04:00 GMT), mientras las tropas del Ejército patrullan varias ciudades para restaurar el orden.
Los enfrentamientos se desataron por las demandas de los estudiantes contra un sistema de cuotas en la administración pública, que según ellos, favorece a grupos pro gubernamentales en detrimento de otros ciudadanos. La violencia se intensificó, llevando a la primera ministra Sheikh Hasina a cancelar sus visitas diplomáticas a España y Brasil.
El portavoz de las Fuerzas Armadas, Shahdat Hossain, informó que el Ejército ha sido desplegado en todo el país para enfrentar la crisis. En la capital, Dhaka, las calles estaban desiertas por la mañana, con vehículos blindados y tropas a pie vigilando la ciudad de 20 millones de habitantes.
Los hospitales reportan un número creciente de muertes por disparos desde el inicio de la semana, con la Policía utilizando munición real contra la multitud en varios puntos críticos. Los disturbios también han resultado en la quema de casetas policiales y oficinas gubernamentales, así como en el arresto de líderes de las protestas y miembros del principal partido de oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP).
El descontento ha crecido más allá de las demandas estudiantiles, con una parte significativa de la población exigiendo la renuncia de Hasina. La crisis ha desatado una ola de frustración debido a la falta de alternativas políticas y elecciones competitivas en el país.
"El creciente número de muertos es una muestra impactante de la intolerancia de las autoridades hacia las protestas y la disidencia", declaró Babu Ram Pant de Amnistía Internacional. Las autoridades también han impuesto un bloqueo nacional de internet, dificultando la comunicación y el acceso a la información tanto dentro como fuera del país.
