Cuando vuelvan las luces
Resumen
El Día de las Velitas en Colombia celebra la Inmaculada Concepción, donde deseos de igualdad, liderazgo femenino, más oportunidades para jóvenes y progreso para el país se encienden como luces de esperanza.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Hoy es el día de las velitas, esta tradición tiene más de 200 años de historia. Inició cuando el papa IX en 1854 proclamó la fiesta de la inmaculada concepción de la virgen maría el 8 de diciembre y fieles alrededor del mundo salieron con velas para celebrar esta proclamación, en Colombia lo adaptamos y actualmente es el conocido como el día de las velitas. Este día las familias encienden velas y piden deseos para el nuevo año, estos son mis deseos para mi ciudad y mi país en este nuevo año:
El primero es que en el Congreso logremos una representación femenina más sólida que la de la última elección. Que lleguen mujeres con voz, con criterio, con liderazgo, preparadas para ocupar estos cargos. Que los derechos de las mujeres sean prioridad en la agenda especialmente en materias reproductivas, de acceso a oportunidades, de fortalecimiento empresarial y de acceso a educación superior para madres.
El segundo, es que en Bucaramanga quede un alcalde que entienda lo que significan las mujeres para esta ciudad y que las respete de verdad. Que apoye a los emprendedores en lugar de señalar o ponerles trabas, y que sepa rodearse de un buen equipo, gente preparada. Alguien que pueda llevar a la ciudad con calma, con criterio, sin tantos problemas. En estos dos años que quedan, lo mínimo que uno espera es que podamos escoger a la persona que mejor pueda asumir esta responsabilidad pensando en lo que Bucaramanga necesita para salir adelante.
Mi tercer deseo es que, con todos estos cambios en la ciudad y en el país, los jóvenes tengan acceso a más oportunidades, ya sea para emprender, para estudiar o simplemente para encontrar un camino que no les toque abandonar por falta de apoyo. Que no tengan que irse para poder crecer, que no sientan que aquí todo es más difícil de lo que debería. Ojalá este sea el momento en que la ciudad y el país les abra puertas de verdad, al final, lo que uno quiere es que los jóvenes puedan construir su vida aquí.
Mi cuarto deseo es que Colombia gane el mundial. Suena difícil, sí, pero uno nunca sabe hasta dónde podemos llegar con Lucho Díaz y este equipo que viene con tanta fuerza. Yo siento que el próximo año nos van a dar más de una sorpresa.
Y mi último deseo, quizá el más grande, es que este país vuelva a encaminarse. Que el gobierno actual termine su mandato con el menor daño posible. Que el próximo presidente, sea quien sea, entienda que Colombia no puede seguir en manos de la improvisación ni del discurso vacío. Necesitamos a alguien que escuche, que se asesore, que una en vez de dividir, que sea capaz de reconstruir la confianza que se perdió.
Un país donde los grupos armados retrocedan en serio; donde las familias desplazadas puedan volver a su tierra sin miedo; donde los niños tengan educación de calidad y los jóvenes encuentren oportunidades aquí, no en otro lado. Un país que crea en el trabajo, en la empresa, en la diplomacia y en su papel en el mundo. Un país donde la seguridad sea una realidad y no una promesa de campaña.
Y, sobre todo, deseo que no volvamos a caer en las promesas de “cambio” que terminaron costando más que lo que solucionaron. Colombia necesita liderazgo, necesita coherencia, necesita un gobierno que esté enfocado en gobernar, no en agendas “privadas”. Solo cuatro años. Eso pedimos, cuatro años dedicados a sacar este país adelante, con responsabilidad, con carácter y con una visión que nos devuelva la esperanza.