Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)¡Es impresionante la corrupción en Colombia! Esta terrible enfermedad entró por la costa Atlántica y se extendió a todo el país por las mafias de contratistas que recaudan todos los días millonarias sumas de dinero, sin rendirle cuentas a la nación, a los departamentos y municipios. La mayoría de estas concesiones financian las elecciones bajo la infinita concupiscencia de funcionarios de la nación y algunos parlamentarios que se han perpetuado en sus cargos.
Es mucho el dinero que recaudan todos los días en el departamento de Santander, en las estaciones de peaje de la carretera central Bucaramanga – Bogotá, en Pescadero, Curití, Oiba y Saboyá. Esa plata llega al Pozo Donato de la corrupción oficial, donde deberían realizar trabajos de mantenimiento, que llevan años esperando a reparación de las vías.
Igualmente, en la Transversal del Magdalena Medio, entre Puerto Araujo, La Lizama, Sabana de Torres y San Alberto hay una fuente impresionante de recaudos que deberían aplicarse al mejoramiento de este corredor vial. Nadie vigila el recaudo de las estaciones de peaje y cuando lo hacen, es para repartirse los negocios de la contratación oficial, sin ningún pudor, porque el departamento de Santander se convirtió en otra de las regiones más corruptas de Colombia.
Hace veinte años se dispuso la construcción de la doble calzada Bucaramanga – San Alberto, que se convirtió en el ‘Florero de Llorente’ para las administraciones de Juan Carlos Cárdenas Rey, en la alcaldía de Bucaramanga y del exgobernador Mauricio Aguilar Hurtado, que en medio de la pelea, prefirieron entregarle esa fuente de ingresos a FINDETER, por la pelea entre los dos funcionarios, que querían intervenir en la adjudicación de este suculento negocio.
La ampliación de la carretera Vélez, Landázuri, Cimitarra hasta Puerto Araujo, es otra de las grandes vergüenzas del departamento de Santander. Llevan cuarenta años tratando de mejorar las comunicaciones terrestres entre Barbosa y el Magdalena Medio. Por este camino real del Carare, -- que ahora es una carretera en malas condiciones --, hace ciento cincuenta años transitaban las recuas de mulas que don Aquileo Bonifacio Parra Gómez utilizaba para transportar los cargamentos de cacao, café, papa, fique y otros productos de las estancias campesinas, pasando por Vélez, El Gualilo, Santa Helena del Opón y Landázuri, caminos reales que están en peores condiciones que hace un siglo.
La ‘Ruta del Petróleo’, desde Barrancabermeja hasta la ciudad del Socorro, pasando por las trochas de San Vicente de Chucurí, cuchilla del Ramo, Betulia, Zapatoca, La Fuente y Galán, hasta Barichara y El Socorro, por donde circuló en caravanas de carrotanques todo el combustible que consumió Colombia, hay tramos y puentes caídos, que no han merecido el bálsamo del asfalto. Que podemos decir de la carretera Los Curos – Málaga, por el Alto de la Judía, pasando por Santa Bárbara, Guaca, San Andrés y Molagavita, que les quedó mal trazada y el inefable comité de gremios de Santander no ha revisado de la vía alterna Pescadero – Capitanejo, cuyo trazado consiguió durante el gobierno del expresidente Virgilio Barco Vargas, el exparlamentario Rafael Serrano Prada y cuyos diseños están olvidados en los anaqueles del Ministerio del Transporte.