Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Para no usar eufemismos, cuando un gobierno enfrenta contrariedades, la táctica clásica siempre ha sido hacerse el güevón y lanzar una distracción. Una polémica nueva, una declaración impactante, o una decisión sorpresiva que cambie la conversación. Pero, en una era donde la información se propaga instantáneamente, ¿es realmente efectiva esta táctica? Para muchos, la estrategia de desviar la atención parece infalible, aunque quizás no sea tan efectiva, especialmente por la obviedad en la que se muestra.
El presidente Gustavo Petro no es ajeno a estos movimientos. Aunque ha criticado abiertamente las manipulaciones al estilo Goebbels, un cliché hoy en día que demuestra su poca ilustración al no utilizar otro ejemplo, él mismo ha empleado maniobras que cambian el tema en momentos cruciales. Un día se habla de la crisis económica y, de pronto, nos encontramos discutiendo sobre la compra de aviones de combate o las disputas con la oposición. Sin embargo, la pregunta sigue en pie: ¿logra realmente distraer a la opinión pública o simplemente genera ruido temporal sin desviar la atención de los inconvenientes reales?
La historia nos ha dejado varios ejemplos. En el siglo XIX, Napoleón III utilizó la guerra con Prusia para tratar de desviar la atención de sus fallos internos. Lo interesante es que, si bien la estrategia funcionó por un tiempo, terminó costándole el trono. Algo similar ocurrió con Bill Clinton en los noventa, cuando el escándalo de Mónica Lewinsky lo dejó tambaleando. Clinton, en un intento bastante obvio por desviar el tema, ordenó bombardeos en Sudán y Afganistán. Pero, más que calmar las aguas, la prensa y la opinión pública se burlaron del intento. Lewinsky siguió siendo el centro de la conversación.
Esto plantea una duda importante: ¿qué tan exitosas son estas estrategias en Colombia? En un país donde la gente en las ciudades, que es donde está la mayoría de los votos, tiene acceso a más información y es más consciente de las jugadas políticas, los despistes son menos efectivos de lo que esperan. Es cierto que las redes sociales pueden amplificar temas y generar una tormenta mediática, pero también permiten que las verdaderas dificultades sigan presentes, a la vista de todos, esperando ser resueltos.
Las cortinas de humo solo generan alivio temporal. Como contar un chiste en un velorio, los problemas de fondo no desaparecen. Por más temas nuevos que lance el gobierno, lo del hijo, la UNGR, la pérdida de los Panamericanos, los combustibles, las masacres, los criminales paseando felices, lo racista, machista y mucho más, han vuelto a ocupar el centro del debate. Petro, al no enfrentar las dificultades estructurales, lo único que logra es posponer lo inevitable. El público está más informado que nunca y tiene la capacidad de ver más allá del humo, por mucho que se intente ocultar la realidad tras noticias sensacionalistas. Para la próxima, dirá que los marcianos lo abducirán y que la información se la dio la NASA. Otro impedimento para esparcir el virus de la vida por las estrellas del universo.
No obstante, el estado quedó en una posición comprometida al violar la confidencialidad en asuntos tan delicados como el lavado de activos; una decisión desacertada que ha generado un daño significativo a la nación. Yo creo que al habernos suspendido el Grupo Egmont, celebran los nuevos gestores de paz ya que el gobierno no puede seguir sus transacciones afuera. ¿Distracción o conveniencia? Tantos regalos a los criminales, ¿por qué este no es uno más?
Esta administración parece condenada al fracaso. Todas sus declaraciones juzgan llevarnos a un desenlace poco prometedor. Las tácticas de distracción pueden funcionar a corto plazo, pero pierden eficacia cuando las preocupaciones que intentan esconder siguen creciendo.