Democracia y geopolítica
Resumen
La situación en Venezuela refleja cómo un régimen puede usar la democracia para perpetuarse en el poder. Los ejemplos de Cuba, Rusia, y China muestran la dificultad de recuperar la libertad una vez perdida. Chile, sin embargo, ha logrado redireccionar su política hacia la democracia.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Para nadie es un secreto que las democracias enfrentan en el mundo entero, un alto “estrés”, que pone en el “filo de la navaja” su eficacia y permanencia como la manera efectiva de manejar los asuntos públicos.
Valga como ejemplo la situación de Venezuela que es un verdadero desastre. El Movimiento Bolivariano utilizó la democracia para llegar al poder, pero con la convicción de que, una vez obtenido su propósito, permanecerían en él, a cualquier costo. Nicolás Maduro se robó las últimas elecciones a la vista del mundo entero; desconoció las actas que probaban su derrota y procesó a la oposición, obligándola a permanecer en ocultamiento.
El Premio Nobel de Paz a la jefa de la oposición venezolana María Corina Machado, es un mensaje de desaprobación que el mundo entero le comunica; sin embargo, el pendenciero y “cantinflesco” dictador, se mofa de las circunstancias por las que debió atravesar la líder opositora, de las lesiones físicas sufridas durante el escape, y de todo lo que le ha costado mantener sus férreas posiciones en favor de la democracia, en un régimen que las desprecia.
Perdida la democracia, es muy difícil recuperarla. No es sino ver lo que ha pasado con Venezuela, Cuba, la misma Rusia y China; unas castas políticas gobiernan, hacen elecciones a su acomodo, pero se resisten a entregar el poder. En Venezuela, hasta el momento, ni la presión del operativo militar en el Caribe ha logrado su propósito.
Por todo ello, se recibe con júbilo lo que acaba de pasar en Chile; no obstante, el gobierno socialista, fue posible hacer elecciones y se han respetado sus resultados. Nuevamente, la democracia, el respeto por la iniciativa privada, la libre empresa, la economía de mercado y demás valores que representan los países en ejercicio de las libertades, vuelven a entronizarse como las políticas de estado, sobre las desafiantes ideas socialistas, que se imponen en contra de la libertad. El pueblo chileno, ha decidido democráticamente en las urnas, rectificar el camino y optar por un redireccionamiento de la política chilena en favor de la libertad.
Por supuesto, que los gobernantes de la izquierda recalcitrante, como los de Venezuela y Colombia, no se demoraron en tachar de fascista al nuevo gobernante de Chile, José Antonio Kast, en claro desprecio por la decisión popular del pueblo chileno. Es una de las características de los dictadores, convencidos de que son los depositarios de la verdad y que fuera de ellos, no hay oportunidad.
El rasero común se evidencia en los críticos regímenes de izquierda latinoamericanos, en su connivencia con el flagelo de droga. Partir de la equivocada creencia de que los grupos alzados en armas son interlocutores legítimos para un proceso de paz, como si se tratara de actores políticos, es por lo menos una ingenuidad. El sometimiento es la única medida posible para acabar con las estructuras delincuenciales; una política contraría, es la cándida entrega de las instituciones a la delincuencia organizada.