Resumen
El dictador venezolano, Nicolás Maduro, se niega a reconocer su derrota electoral. Las milicias bolivarianas supuestamente han cometido secuestros y otros crímenes. Mientras tanto, el régimen mantiene control sobre la comunicación y la judicial del país.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Trabajo sucio a cargo de encapuchados. El terrorismo de estado se tomó las calles de Caracas y otras ciudades venezolanas, en medio de la desesperación del dictador Nicolás Maduro Moros, que perdió las elecciones presidenciales, pero no quiere reconocerlo. La dictadura controla el denominado ‘Tribunal Supremo de Justicia’ y la Fiscalía General de la Nación, que también hace parte del régimen y que ha ordenado llevar a las cárceles a miles de personas que dirigieron en distintos lugares las elecciones presidenciales, lideradas por María Corina Machado.
Los crímenes cometidos por las ‘Milicias Bolivarianas’ han llegado al extremo de secuestrar a jóvenes estudiantes que acompañaron la candidatura presidencial de Edmundo González Urrutía, el diplomático de carrera que le ganó las elecciones de Maduro. Las líneas telefónicas permanecen interceptadas, para controlar el origen y procedencia de las llamadas internacionales, por donde se filtran las consignas de miles de venezolanos, empeñados en regresar a su patria.
Mientras el sátrapa Nicolás Maduro lanza consignas afirmando que se quedará en el poder, su cómplice Diosdado Cabello Rondón controla las emisiones de los servicios de comunicación digital, procedentes de diferentes lugares del mundo. El saliente mandatario, Nicolás Maduro, rechazó el mensaje que le envió el presidente electo Edmundo González Urrutía, donde le pide que ‘iniciemos el empalme de manera civilizada, aceptando la dictadura ha llegado al final’.