Dirigente gremial pidió al gobierno nacional proteger al sector privado
El vicepresidente del Consejo Privado de Competitividad, expresó que; El cuidado, es la economía invisible que sostiene al país y se debe impulsar su crecimiento. “En un momento en que Colombia busca nuevos motores de crecimiento, la economía del cuidado se perfila como uno de los más poderosos y sostenibles: una apuesta donde la igualdad también produce desarrollo”, expresó el dirigente gremial.
En Colombia se habla mucho de igualdad, pero poco del motor silencioso que sostiene al país: la economía del cuidado, ese sistema invisible compuesto por millones de horas de trabajo no remunerado, realizado en su mayoría por mujeres, que mantiene en marcha al resto de la economía.
Según cifras del DANE, las labores domésticas y de cuidado no pagadas como atender niños, personas mayores o con discapacidad equivalen al 20% del Producto Interno Bruto nacional, más que sectores como el comercio o la industria. El 80% de ese trabajo lo realizan mujeres, muchas de ellas sin reconocimiento económico ni seguridad social.
"Sin el esfuerzo diario de millones de mujeres que cuidan, el país no podría producir ni funcionar. Por eso hablar de cuidado es hablar de productividad, competitividad y sostenibilidad social", advirtió el economista y candidato al Senado Daniel Gómez Gaviria.
De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, cerrar la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres-actualmente del 74% frente al 50%- podría aumentar el PIB de Colombia hasta en 14%, un impacto mayor que cualquier reforma tributaria reciente.
El país ha dado pasos en la dirección correcta. Documentos como el CONPES 4080 de Equidad de Género (2022) y el CONPES 4143 (2025), que formula la Política Nacional del Sistema del Cuidado, representan avances hacia un modelo que busca reconocer, redistribuir y reducir el trabajo no remunerado, al tiempo que promueve la generación de empleo digno en el sector del cuidado.
Sin embargo, el desafío continúa. Falta articular las acciones entre niveles nacional y territorial, garantizar financiamiento sostenible e integrar la política de cuidado con estrategias de formación técnica, formalización laboral e innovación social.
"El cuidado no debe verse como un gasto, sino como una inversión en bienestar, productividad y cohesión social. Invertir en cuidado es invertir en el futuro económico del país", señaló Gómez Gaviria.
Expertos coinciden en que una política sólida de cuidado tiene efectos multiplicadores: aumenta la participación laboral femenina, mejora los ingresos de los hogares y fortalece el capital humano desde la primera infancia.
