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Disidencias de las Farc serían las únicas responsables del secuestro de Lyan en Jamundí

Disidencias de las Farc serían las únicas responsables del secuestro de Lyan en Jamundí

Resumen

Las disidencias de las Farc secuestraron a Lyan Hortúa, liberado tras pagar un rescate menor al solicitado inicialmente. Las acciones no están vinculadas a supuestas alianzas delictivas de su padre biológico. El caso sigue bajo investigación para judicializar a los responsables.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Andrés Quijano

Las autoridades continúan avanzando en el esclarecimiento del secuestro de Lyan Hortúa, el niño de 11 años que permaneció en cautiverio durante 18 días en Jamundí, Valle del Cauca. De acuerdo con versiones extraoficiales más recientes, el plagio, atribuido al frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, no estaría relacionado con supuestas alianzas criminales ligadas al padre biológico del menor, como se especuló inicialmente.

Según fuentes citadas por El Tiempo y otros medios nacionales, la principal hipótesis apunta a que el secuestro fue ejecutado exclusivamente por integrantes de dicho frente insurgente, al mando de Jairo Moreno. La evidencia —que incluye audios, mensajes de texto y fotografías— indica que hombres armados irrumpieron en la vivienda del niño en el corregimiento de Potrerito, raptaron al menor y a una trabajadora del hogar, y también robaron una camioneta Toyota Sahara propiedad del padrastro del menor, quien es administrador de una joyería en Cali.

Aunque en un principio se habló de una exigencia de $4.000 millones como rescate, versiones actualizadas indican que la familia finalmente habría pagado $300 millones tras una negociación que duró más de dos semanas. La liberación se produjo el 21 de mayo, después de que una allegada a la familia intercediera en una reunión comunitaria cercana a la zona del campamento guerrillero.

Uno de los elementos clave para descartar la hipótesis del nexo con estructuras mafiosas fue la aclaración oficial sobre el pasado judicial de José Leonardo Hortúa, alias Mascota, padre biológico de Lyan, señalado por supuestos vínculos con el grupo criminal Los Rastrojos. También se desmintió que Angie Bonilla, madre del niño, estuviera relacionada como testaferra de dicha organización.

Durante las negociaciones, el comandante guerrillero que lideraba el secuestro habría contactado directamente a Jorsuar Suárez, padrastro de Lyan, para asegurarle que se trató de un “mal procedimiento” por parte de sus unidades. En los audios conocidos por la prensa, Suárez expresó: “No somos empresarios ni tenemos dinero. Solo somos comerciantes”. La guerrilla exigió que el proceso se desarrollara sin intervención de la fuerza pública.

En un intento por reunir el dinero exigido, la familia intentó vender varios vehículos de alta gama, incluyendo un BMW y la misma camioneta sustraída por los secuestradores. “Nos robaron una joyería hace ocho meses. Debemos el carro y la casa es alquilada”, se escucha decir al padrastro en una de las grabaciones.

Previo al secuestro, la familia habría recibido al menos tres citaciones por parte de la guerrilla, lo que refuerza la tesis de que la retención fue una medida de presión ante la falta de respuesta. En medio del proceso, Angie Bonilla fue hospitalizada por un cuadro severo de ansiedad en la Clínica Valle del Lili, permaneciendo internada durante cinco días, según confirmó el comisionado de Paz, Otty Patiño.

Aunque organizaciones como la Cruz Roja, la ONU y la Arquidiócesis de Cali participaron en gestiones humanitarias para lograr la liberación, estas no surtieron efecto inmediato. Las disidencias endurecieron su postura luego de que la familia incumpliera el acuerdo inicial de mantener el caso en reserva, lo que habría provocado un cambio en la exigencia: de una entrega con intermediario de confianza, a un pago económico.

Según la información revelada por El Tiempo, Lyan no fue mantenido en la zona del secuestro, sino trasladado a un área cercana al mar, en el Naya, lo que dificultó su ubicación. "Si usted ve el mapa, por Santander de Quilichao y por El Tambo (Cauca), es más fácil llegar a Jamundí", detalló una fuente anónima.

El caso aún se encuentra bajo investigación y se espera que en los próximos días las autoridades logren ubicar a los padres del menor para completar las indagaciones y avanzar en la judicialización de los responsables. Entre tanto, el país sigue atento a las revelaciones que continúan desenredando uno de los secuestros más mediáticos de lo corrido del año.

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por Andrés Quijano

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