Docentes rurales siembran emprendimiento y cosechan oportunidades con los estudiantes de Laureles en Barrancabermeja
Resumen
En la Escuela Campo 45, docentes y estudiantes han convertido una huerta escolar en un emprendimiento agroindustrial. Con líneas de producción de pepinillos agridulces y vikingos artesanales, integran el aprendizaje técnico y valores como el trabajo en equipo.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Desde la Escuela Campo 45 de la Institución Educativa Los Laureles, un grupo de docentes ha transformado la tradicional huerta escolar en un laboratorio de agroindustria, emprendimiento y sueños.
El proyecto nace de uno de los 90 centros de interés en 17 instituciones educativas oficiales que tiene Barrancabermeja, como parte de una estrategia del Ministerio de Educación Nacional y que cuenta con el apoyo de la Secretaría Distrital de Educación, ya comienza a dar sus primeros frutos con productos como pepinillos agridulces y vikingos artesanales, hechos por manos estudiantiles.
“Los centros de interés son una estrategia pedagógica para motivar a los estudiantes con unos intereses específicos, para construir un conocimiento”, dijo Rocío Aldana, directora de Cobertura Educativa de la Secretaría de Educación.
Todo comenzó con una huerta escolar revitalizada el año pasado, pero en este 2025, las docentes impulsaron una apuesta que trasciende los cultivos: convertir el saber campesino en emprendimiento.
La iniciativa ya cuenta con dos líneas de producción: los pepinillos agridulces, elaborados a partir de la primera cosecha de pepinos y los vikingos artesanales, hechos con guanábana y mango, frutas que también nacen de la tierra labrada por los estudiantes.
#Región | En la sede Campo 45 de la IE Los Laureles, una huerta escolar se convirtió en un laboratorio de agroindustria y sueños.
— EL FRENTE (@diarioelfrente) June 12, 2025
Con pepinillos, vikingos artesanales y mucho aprendizaje, docentes y estudiantes cultivan emprendimiento, sostenibilidad e identidad campesina.… pic.twitter.com/FjtL7F34k1
Los productos son el resultado de un proceso pedagógico integral, donde los estudiantes rotan por diferentes etapas: desde la siembra y recolección, hasta la transformación de los alimentos, el empaque y la comercialización.
En este proceso no solo aprenden técnicas agroindustriales, sino también valores como el trabajo en equipo, la responsabilidad y la creatividad.
“Hace un año nació el fortalecimiento de la huerta, este año quisimos llevarlo a otro nivel, buscando que nuestros 40 niños de la sede Campo 45 vieran en la huerta una posibilidad para emprender”, aseguró Karen Andrea Guarín Cadena, docente de la institución, líder del proyecto.
Esta propuesta es una apuesta por la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y la conexión entre el conocimiento técnico y la identidad campesina.
Una semilla que ya comienza a florecer con fuerza, y que promete seguir inspirando a nuevas generaciones.
Desde la Secretaría de Educación acompañamos este modelo de aprendizaje que conecta la escuela con la tierra y el futuro con proyectos que transforman.