Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El ministerio Público comprobó que el cabildante en alto estado de alteración se enfrentó verbalmente a los uniformados en la estación de policía a la que fue conducido por vulnerar las restricciones del COVID- 19.
La Procuraduría General de la Nación sancionó con destitución e inhabilidad general por 13 años al concejal de Piedecuesta, Santander, Octavio Cárdenas Almeida, por abuso de autoridad en beneficio propio en medio de un procedimiento policivo.
En fallo de primera instancia, el ente de control corroboró, que en hechos del 26 y 27 de junio de 2021, el servidor público estuvo involucrado en una riña en un establecimiento público del municipio a pesar de las restricciones del COVID - 19; razón por la cual fue conducido a la estación de policía debido a su alto grado de exaltación.
Del episodio quedó para la posteridad un video que fue difundido en las redes sociales en el que se ve a Cárdenas Almeida en estado de embriaguez y reclamándole a varios policías que lo vigilan en la estación de ese municipio.
“Mire soy concejal de Piedecuesta y lo que hacen aquí no lo pueden hacer, grábenme todo lo que quiera, pero eso no lo pueden hacer”, dice el concejal en repetidas ocasiones.
Visiblemente alterado, detrás de las vallas de la estación, continúa los reclamos e insulta a los uniformados. “Guárdenme, métanme al calabozo, hagan lo que quieran conmigo, les voy a decir algo, todos los que están aquí ni viven en Piedecuesta, no conocen de las necesidades”, grita el hombre en medio de insultos.
En el video también se ve a otro hombre, al parecer conocido del concejal Cárdenas, quien también hace reclamos acalorados a los policías. Al parecer todo comenzó por una motocicleta que fue inmovilizada, según se escucha en el video. No se confirmó si la motocicleta pertenecía a alguno de los dos hombres.
Cabe recordar que a esta riña del concejal se suma a otra de las controversias que recientemente generó cuando participó en una de las plenarias del Concejo en estado de ebriedad.
Falta grave
Por estos hechos, la autoridad disciplinaria confirmó que en medio del procedimiento el disciplinado muy enojado hizo uso de su condición de servidor público con amenazas como: ¿Usted no sabe quién soy yo?; con el objeto de obtener su libertad y evitar le fueran impuestos comparendos por vulnerar las restricciones de la pandemia.
De esta manera, el organismo de control evidenció que el funcionario intentó persuadir a los uniformados por su cargo, manifestó por medio de gritos su equivocación al detenerlo, exigió la presencia del personero municipal porque sus derechos estaban siendo vulnerados y amenazó a los policías con traslados.
Finalmente, la Procuraduría Provincial de Juzgamiento de Bucaramanga calificó la conducta del disciplinado como gravísima a título de dolo.
