EE. UU. protege al presidente Petro

Pero… ¿por qué será? Porque ellos saben con certeza científica que el presidente Gustavo Petro no es comunista, ni socialista, ni judío, ni musulmán. Que es un verdadero demócrata cuyo portentoso cerebro es capaz de generar las ideas más progresistas que un ser humano pueda concebir. Que sólo la justicia y la igualdad de derechos nos prolongarán la vida y la existencia en este planeta que, por culpa de la codicia paranoica de una minoría, se dirige inexorablemente hacia su punto final. Porque los Estados Unidos saben que lo que está haciendo el presidente Petro, no es otra cosa que crear metodologías y mecanismos gubernamentales y administrativos que les permita a los pobres dejar de ser mendigos sentados en barras de oro, y a los ricos que sigan siendo ricos, pero no saqueando las arcas del país por intermedio de una corrupción lepromatosa que rebaza la media estadística de los gobiernos más depravados del planeta.

Siento mucho decirlo, pero así es. Las oligarquías imperialistas, mucho más inteligentes que las oligarquías criollas, no sólo de Colombia sino de toda América Latina y de otras latitudes del planeta, ya se percataron con conocimientos preclaros que, lo que está haciendo el presidente Petro es evitar revueltas sociales, delincuencia generalizada que conlleve a una guerra popular prolongada donde los grandes perdedores serán, no necesito pensarlo dos veces para afirmarlo, las mismas oligarquías capitalistas, puesto que los pobres no tienen que perder. Un fantasma recorre las calles de varias capitales de Europa, se escuchaba decir a mediados del siglo 19, cuando Marx echó a caminar el Manifiesto del Partido Comunista por aquella época. Hoy otro fantasma, ese sí mucho más fatídico que el Covid19, recorre las calles de toda Colombia, de LA y e todos los países pobres del mundo. Ese fantasma no es teórico ni es de ficción.

Ese fantasma es la corrupción política, administrativa y estatal que campea en todos los sectores de este lado del mundo. Las protestas sociales en general, ya no son de origen y propiedad de los vaciados y de los explotados del tercer mundo, sino que ya se manifiestan en Wall Street, en los Campos Elíseos de París, en la Plaza de Trafalgar en Londres, en Barcelona, en Madrid, en Roma. Es que lo de Pegasus y los 13 y pico de millones de dólares que pagó el Estado colombiano al Estado de Israel, muy por debajo de la cama y con dineros del narcotráfico, es decir, con la mica de los orines ya rebozada de excrementos de mandatarios y congresistas, es el summum, el suma cum laude, el imperativo categórico de la perversión moral y política de cierto presidente en adelante.

Un presidente abyecto y execrable que se apropia de cien millones de millones de pesos ($100.000.000.000.000) ¿no es una lacra lepromatosa más inmunda que Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela? ¿Qué Anwar El Sadat en Egipto? ¿Qué Ferdinando Marcos y su consorte Imelda Marcos en Filipinas? ¿Qué Gustavo Días Ordaz, en México? el de la matanza de cientos de estudiantes en la plaza de Tlatelolco.

Esas son las razones y no otras, por las cuál las autoridades de Estados Unidos están protegiendo al milímetro al presidente Petro. Una de las justificaciones de que el presupuesto sea de 529 billones y que decretará el presidente Petro ya en pocos días es, entre otras, robustecer el PIB y el ingreso per cápita de las clases media y baja que, habiendo circulante, aumenta el consumo y la demanda y en esa misma medida decrece la pobreza y de hecho la violencia, la inseguridad y el desbarajuste social.

¿Quiénes no quieren?  Pues precisamente los hampones de cuello almidonado, joyas de la oligarquía pura y egresados de las universidades más aristocráticas del país.