Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Un informe presentado por la Unesco ha encendido las alarmas sobre el acelerado deterioro de los océanos debido al cambio climático. Concluye que el ritmo de calentamiento del océano se ha duplicado en las últimas dos décadas, una tendencia que los expertos califican de alarmante.
El comunicado, basado en las conclusiones de más de un centenar de expertos provenientes de casi treinta países, subraya las diversas amenazas que enfrentan los ecosistemas marinos. Entre ellas, el aumento constante y sostenido de la temperatura del agua, el incremento del nivel del mar, la acidificación y la pérdida de biodiversidad.
Según las estimaciones, el año 2023 registró uno de los mayores aumentos de temperatura oceánica desde la década de 1950, reflejando un preocupante avance del cambio climático. A pesar de los compromisos internacionales del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a menos de 2 grados centígrados, las temperaturas oceánicas ya han superado en promedio los 1,45 grados.
Regiones como el Mediterráneo, el Océano Atlántico Tropical y el Océano Meridional han sobrepasado este límite, marcando un desafío urgente para la comunidad internacional.
El calentamiento del agua está estrechamente vinculado al aumento del nivel del mar, exacerbando la crisis. Además, la acidificación de los océanos, causada por la absorción del 30% de las emisiones de combustibles fósiles, amenaza la biodiversidad marina y los servicios ecosistémicos esenciales, como la seguridad alimentaria.
El informe también destaca el crecimiento exponencial de la cantidad de plásticos en los océanos desde la década de 1990, así como la disminución en un 2% de la oxigenación del agua, generando más de 500 "zonas muertas" donde la vida marina escasea.
La población mundial en aumento, estimada en 2.000 millones de personas más en los próximos 25 años, ejerce una presión adicional sobre los recursos marinos, especialmente en el consumo de alimentos de origen acuático.
Ante esta crisis, la comunidad científica aboga por una planificación del espacio marino que permita gestionar de forma sostenible las actividades humanas, como la pesca y la infraestructura, con el fin de preservar los ecosistemas marinos que han experimentado una pérdida del 30% desde 1970.
A finales de 2023, 126 territorios, especialmente en África y Oceanía, habían asumido este compromiso, señalando una urgente necesidad de acción global para proteger nuestros océanos y asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
