El diputado más joven de Colombia fue elegido en la Mesa Directiva tras 8 días de llegar a la Asamblea de Santander

Resumen

Darwin Vargas, de 23 años, se destaca como el diputado más joven y, en apenas ocho días, es elegido segundo vicepresidente de la Asamblea de Santander, destacando su liderazgo y preparación académica, con un enfoque en la política honesta y coherente.

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El diputado más joven de Colombia fue elegido en la Mesa Directiva tras 8 días de llegar a la Asamblea de Santander

Con apenas ocho días de haber asumido su curul en la Asamblea de Santander, Darwin David Vargas Rincón, el diputado más joven del país, ya dejó su huella en la duma departamental ya que a sus 23 años, este estudiante de séptimo semestre de Economía en la Universidad Industrial de Santander (UIS) fue elegido segundo vicepresidente de la mesa directiva, un hecho que simboliza tanto la apertura de un nuevo ciclo generacional como la confianza que sus compañeros depositaron en él.

 

Por Camilo Ernesto Silvera Rueda - Redacción Política / EL FRENTE

Su ascenso rápido no obedece a la casualidad sino a una mezcla de convicción, preparación académica y una visión fresca de la política que busca unir, proponer y fiscalizar con rigor, con la premisa de mantener las mejores relaciones con sus compañeros diputados y con el gobierno departamental.

“Entré en un ambiente muy amigable con los demás diputados, con bastante sincronía. Por eso hoy me eligen para pertenecer a la mesa directiva, en una curul que corresponde a la oposición”, contó a EL FRENTE el diputado al destacar que su papel no será de opositor recalcitrante, sino más bien un revisor objetivo de las iniciativas del gobierno departamental.

 

Liderazgo en la sangre

La llegada de Vargas a la Asamblea se dio tras la anulación por parte del Consejo de Estado de la elección del diputado Giovani Leal. Como siguiente en la lista de la Alianza Verde, con más de 4.600 votos en las elecciones de 2023, el joven oriundo de Bolívar (Santander) asumió la curul el pasado 30 de octubre, marcando el inicio de una etapa que combina academia, liderazgo y gestión pública.

Su trayectoria política comenzó mucho antes. Desde el colegio Nuestra Señora del Pilar de Bucaramanga, donde fue personero estudiantil, descubrió su vocación de servicio. Luego, en la UIS, se consolidó como un activista estudiantil comprometido con la transparencia, la participación y el debate de ideas. “Desde que iba en tercer semestre decidí lanzarme como candidato. Quería demostrar que la política se puede hacer diferente: cercana, honesta y coherente”, afirma con serenidad.

Para Darwin Vargas, la política no se concibe sin academia ni ética. Su paso por la Universidad Industrial de Santander una institución que él define como “la raíz de su formación” le ha permitido desarrollar una mirada técnica sobre los problemas del territorio. “Ser estudiante activo de la UIS me da un plus. Trabajo con profesores que investigan sobre equidad de género, planeación y desarrollo. Queremos llevar ese conocimiento a la Asamblea”, explica.

Si algo distingue a este joven diputado es su defensa de la cultura y las raíces santandereanas. Hijo del reconocido músico carranguero Tocayo Vargas, Darwin lleva el arte en la sangre y la sensibilidad social en la palabra. “Soy hijo de un gran artista que ha colocado el nombre de Santander en lo alto. Crecí entre canciones, festivales y mensajes de amor por nuestra tierra. Por eso quiero que la cultura tenga un papel central en las políticas públicas”, expresó durante la entrevista.

 

Su propuesta busca fortalecer la identidad cultural santandereana, generar espacios dignos para los artistas y vincular la cultura con la economía sostenible. “Defender a nuestros artistas es también defender nuestra memoria y nuestras comunidades rurales. La cultura puede ser motor de desarrollo si se entiende como parte de la política pública y no como un adorno”, sostiene.

 

Juventud y mesura en la política santandereana

En paralelo, Vargas impulsa un proyecto de política pública para la protección del medio ambiente en articulación con docentes e investigadores de la UIS. Este proyecto, inspirado en la iniciativa Santander 2050, busca recopilar información de los municipios del departamento para diseñar estrategias de planeación sostenible y adaptación al cambio climático. “Queremos que este proyecto no se quede en la universidad, sino que se extienda al departamento como un generador de políticas reales”, explica.

Pese a representar a la oposición desde la Alianza Verde, Vargas ha sido enfático en que su ejercicio será responsable y propositivo. “Tenemos que unirnos en lo que le convenga al departamento, sacar a Santander adelante y no oponernos a todo. Claro que habrá desacuerdos, pero debemos argumentar por qué nos oponemos y qué soluciones proponemos”, manifestó, en un tono que revela su apuesta por la deliberación constructiva.

Su visión contrasta con el clima de confrontación que suele dominar los escenarios políticos. “Ser oposición no significa ser enemigo. Significa pensar distinto y aportar desde la diferencia”, comenta, dejando claro que su liderazgo se basará en la escucha, el debate informado y la coherencia con sus principios.

Darwin Vargas pertenece a una camada emergente de líderes jóvenes que han encontrado en la Alianza Verde un espacio para proponer alternativas a la política tradicional. Inspirado en figuras como Antanas Mockus y Carlos Gaviria, su discurso se sustenta en valores como la transparencia, la educación y el respeto por la diversidad.

“Servir a la gente exige actuar con rectitud, escuchar con respeto y trabajar con compromiso por el bienestar de todos”, recalca. Sus palabras resuenan entre la comunidad universitaria de la UIS, que lo ve como un referente de renovación y ejemplo de que la participación política juvenil sí puede transformar los territorios.

 

Juramento dulce

El rector de la UIS, Hernán Porras Díaz, envió un mensaje de reconocimiento al nuevo diputado, instándolo a mantener la responsabilidad y el sentido ético de su representación. Para la institución, la llegada de Vargas al escenario legislativo es un testimonio del papel de la universidad pública en la formación de líderes comprometidos con el país.

El día que asumió su cargo, Darwin Vargas levantó la mano derecha y juró cumplir la Constitución y las leyes, con un bocadillo veleño en la otra. La escena, sencilla pero simbólica, refleja su esencia: un joven de provincia que llega a los espacios de poder sin perder la humildad ni el sentido de pertenencia.

Desde su curul, espera abrir la puerta a una política con acento juvenil, ambiental y cultural. “Los jóvenes de la UIS tenemos todo para ser protagonistas del cambio que nuestro país necesita. No hay que esperar tener poder para servir; es el servicio lo que nos da poder”, afirma, con la misma serenidad con la que ahora enfrenta su nueva tarea.

Santander, tierra de montañas, música y carácter, suma así una nueva voz en su Asamblea: la de un joven que cree que el desarrollo no se mide solo en cifras, sino en el bienestar de la gente y la armonía con la naturaleza.

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