Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Carlos Mattos es un empresario condenado por el conocido ‘caso Hyundai’, porque buscó manipular un proceso judicial para que este saliera a su favor en 2015, involucrando a los jueces Reynaldo Huertas y Ligia del Carmen Hernández, quienes recibieron dinero en cajas de zapatos, para favorecerlo en un proceso que interpuso contra la multinacional coreana.
Como todo lo relacionado con Carlos Mattos parece sacado de una película, en 2022, estando preso por el caso Hyundai en la cárcel La Picota de Bogotá, se le ocurrió la “gran idea” de aprovechar las citas médicas, a las que asistía custodiado por guardias del INPEC, para ir a su oficina, ubicada en el norte de Bogotá, y luego regresar a su celda. Estas escapadas, con la complicidad de guardias de la cárcel, fueron reveladas por Noticias Caracol, lo que dio inicio a un proceso judicial contra Mattos y tres guardianes de ese penal.
Desde 2022 hasta la fecha, no se han imputado cargos contra Carlos Mattos ni contra los guardias de la cárcel que facilitaron esos paseos. Sin embargo, aquí surgen las presuntas irregularidades cometidas por la Fiscalía, pues misteriosamente, entre junio de este año y hoy, ha habido cuatro audiencias que se han aplazado, y los tres delitos que se les iban a imputar, ya solo queda uno, y aún no se ha logrado proceder.
Inicialmente, la Fiscalía habló de imputarles dos delitos: fuga de presos y concierto para delinquir. Luego, se anunció que se imputarían tres delitos: peculado por uso, cohecho y prevaricato por omisión, en una audiencia fijada para el 15 de julio, que fue aplazada. Posteriormente, se fijó una nueva fecha en agosto, donde se redujo un delito y se anunció que se les imputarían peculado y prevaricato, pero también fue aplazada. Finalmente, antier, el lunes 16 de septiembre, se fijó una nueva fecha para imputarles solo un delito: peculado por uso.
Todo este cambio y la reducción de delitos demuestra el desorden y la falta de investigación por parte de la Fiscalía en un proceso muy sencillo. Lo que sucedió fue que el sinvergüenza de Carlos Mattos habría ejercido presiones a los guardias para que, después de asistir a sus citas médicas, lo transportaran a su oficina, ubicada en el norte de Bogotá, donde adelantaba reuniones, y luego lo regresaran a La Picota, violando totalmente las normas establecidas para los reclusos.
El enredo no termina ahí, y cada vez parece más lejano que se haga justicia en este caso, porque la defensa de Carlos Mattos denunció a la fiscal que lleva este proceso por el delito de fraude procesal, y como consecuencia de esto, ella fue llamada a interrogatorio al que deberá asistir en los próximos días, para que responda por las presuntas dilaciones e irregularidades cometidas en los últimos dos años en este proceso.
Lo cierto es que, estos “paseos” que daba Carlos Mattos siguen ‘en un limbo’. Al parecer, ha habido maniobras dilatorias por parte de los guardianes del INPEC, quienes aparecen sin abogados en las audiencias, y una falta de celeridad, eficacia y seriedad en la justicia, en cabeza de la Fiscalía.