ir al contenido

El legado del científico Manuel Patarroyo

‼️ Envianos tu denuncia o noticia
Versión Beta Reportar error

Resumen

El científico Manuel Elkin Patarroyo, reconocido por sus vacunas sintéticas y altruismo al donar patentes, deja un legado perdurable. Su dedicación a la investigación salvó y mejoró innumerables vidas, marcando un hito en la lucha contra enfermedades como la malaria.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Espacio Publicitario
+ Google Noticias
+ Canal WhatsApp

El pasado 9 de enero se dio a conocer la noticia sorpresiva del fallecimiento del reconocido científico patólogo e inmunólogo colombiano, Manuel Elkin Patarroyo a sus 78 años, producto de un fulminante ataque cardiaco, pese a la atención inmediata de su hijo Manuel, también médico, nada pudo hacerse.  Reconocido como el pionero global, padre de las vacunas sintéticas, entre ellas su vacuna contra la malaria, una de las enfermedades parasitarias más letales de la historia, que le diera un reconocimiento a nivel mundial, logrando también un trabajo especial en una vacuna contra el Coronavirus y sus variantes.

Nació en Ataco -Tolima- el 3 de noviembre de 1946, haciendo parte de una familia de 10 hermanos, inicia sus estudios de bachillerato en Bogotá y se gradúa en la Universidad Nacional en medicina en 1971, haciendo una especialización en inmunología con un posdoctorado en Estocolmo. Se centró en la investigación por las vacunas, logrando con su equipo de trabajo una sintética contra la malaria, la SPf66 entre 1986 y 1988, donando su patente a la Organización Mundial de la Salud -OMS-, rechazando en 1993 una oferta de 60 millones de dólares de un laboratorio bioquímico, impidiendo con ello la monopolización de sus logros.

Presentó un método para detectar la presencia de la tuberculosis en un periodo de 24 horas, realizando además investigaciones relacionadas con el Sida y la Lepra.  Se centra luego en el perfeccionamiento de la vacuna contra la malaria, ya que la OMS, había determinado que la vacuna no era eficaz tras evaluaciones clínicas posteriores.  La experimentación con primates en la cuenca de la Amazonía le generaron demandas que restringieron sus investigaciones, aunque posteriormente le permitieron continuar al demostrar que no existía ningún tipo de abuso animal.

Sus grandes aportes en la investigación le permitieron alcanzar diferentes reconocimientos y premios a nivel internacional como la Medalla de Edimburgo, Príncipe de Viana de la Solidaridad y Príncipe de Asturias, entre otros, así como Doctor Honoris Causa, en diferentes universidades del mundo. Alcanza una cifra de más de 20.000 millones de pesos donados por Colciencias y entidades particulares para continuar con sus investigaciones y formación de profesionales en maestría y doctorado en estas áreas, a través de su escuela profesional que sigue sus pasos.

Su legado es interminable, reflejado en su escuela de formación que continuará con sus proyectos. La pasión por su trabajo lo obligó a adoptar la rutina de acostarse sobre las 9:30 pm y levantarse sobre las 3 am a darle vida a sus investigaciones, escribiendo a mano, pues no utilizaba computador. En una entrevista con relación a la muerte dijo: “Es cerrar un ciclo en armonía con las leyes de la naturaleza . . . El temor de la muerte es entendible porque es la incertidumbre de desaparecer.  Y más de desaparecer de la memoria”.


Más reciente