Resumen
Gueyler Ortega Mosquera y su equipo de escultores trabajan intensamente para completar diez carrozas en 28 días para el desfile “Picos de Oro” de la Feria Bonita en Bucaramanga. El evento destaca la creatividad, esfuerzo y colaboración del equipo y busca fortalecer la cultura y tradición local.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En las entrañas del taller, mientras los colores comienzan a tomar forma y las estructuras de icopor cobran vida, un grupo de artistas entrega su corazón y alma para dar vida al desfile de carrozas “Picos de Oro”, uno de los eventos más esperados de la Feria Bonita de Colombia en Bucaramanga. Este desfile no solo es un espectáculo visual, sino también el resultado de días de trabajo duro, creatividad y talento de hombres y mujeres que, entre pinceles, herramientas y largas jornadas, transforman ideas en esculturas majestuosas. Para conocer más sobre el proceso, conversamos con tres escultoras y artistas del grupo Vieja Guardia, dirigido por Juan Pablo Vera Mogollón, que compartieron su experiencia y nos mostraron el esfuerzo colectivo que hay detrás de cada carroza.
El desafío de la creación
Gueyler Ortega Mosquera, una de las escultoras principales, nos recibió en el taller, donde el olor a pintura fresca y el sonido de las herramientas en acción se mezclaban en una atmósfera vibrante. A medida que caminaba entre las carrozas, Gueyler comentó sobre la intensidad del trabajo que están llevando a cabo.
“Estamos dando las terminaciones, todo lo que significa pintura y montaje a las carrozas de la Feria Bonita de este año”, comentó con orgullo. A pesar del entusiasmo, reconoció el reto que ha significado tener solo 28 días para completar diez carrozas. “Somos diez escultores trabajando, dando todo. La responsabilidad es enorme, y ahí seguimos, con todas las personas que hacen el doble de trabajo que nosotros”, señaló, refiriéndose al equipo que apoya la producción desde diversas áreas.
Gueyler destaó algunas de las carrozas más importantes de esta edición, entre las que se encuentra la dedicada al Atlético Bucaramanga, especialmente significativa tras el reciente triunfo del equipo. “La del Bucaramanga es la que más a seguir, y también tenemos la de Guanentá. Son dos carrozas muy representativas”, explicó mientras sonreía, destacando el orgullo local que estas figuras representan.
Más allá de las carrozas locales, Gueyler también resaltó la importancia de integrar otras festividades culturales de Colombia en el desfile, como los carnavales de Pasto y Brasil. “Es importante reconocer los carnavales de nuestro país, fortalecer esta tradición y ojalá algún día llegar a ocupar el primer puesto entre los desfiles más importantes de Colombia”, añadió con esperanza.
Con este esfuerzo, Gueyler y su equipo invitan a la comunidad a presenciar el fruto de su trabajo. “Por favor, vayan a ver lo que estamos haciendo para ustedes. Esto es para Bucaramanga y todas las provincias que llegan. Estamos trabajando duro para que la cultura siga creciendo y nos conozcan a nivel nacional e internacional”, concluyó, extendiendo una invitación a disfrutar de este evento lleno de color y alegría.
La evolución de las técnicas
Lucero Quijano, otra de las artistas detrás de las carrozas, nos compartió cómo ha evolucionado su trabajo desde que empezó en este mundo junto a su padre, en 2011. “Nosotros empezamos a hacer las carrozas directamente en la casa, usando papel maché y alambrón. Con el tiempo, implementamos el uso del icopor y la espuma, lo que ha permitido mejorar la calidad de nuestras esculturas”, explicó.
Lucero destacó que uno de los hitos más importantes en su carrera fue la llegada de un experto español que les enseñó la técnica fallera, lo que les permitió perfeccionar aún más sus creaciones. “Nos capacitamos con un experto de España en arte fallero, y eso nos ayudó mucho a mejorar la calidad del trabajo”, comentó con satisfacción.
Para Lucero, el papel de la mujer en este proceso es esencial. “Aquí hay muchas escultoras. Yo, por ejemplo, también tallo y participo en todas las etapas del proceso. Nos aseguramos de que todo quede bonito y bien terminado”, dijo, subrayando la importancia del esfuerzo colectivo. “Lo más gratificante es ver las caras felices de las personas que aprecian nuestro trabajo. Eso es lo que nos llena como artistas”, concluyó.
El arte como legado y forma de expresión
Maricela Vela Contreras, conocida cariñosamente como “Velita”, es una de las escultoras más entusiastas del grupo. Para ella, participar en la creación de estas carrozas es más que un trabajo, es una forma de arte que ayuda a liberar el estrés y a conectarse con su pasión. “Me siento muy bien haciendo estas esculturas. Es un arte muy bonito y también ayuda a desestresarse”, confesó mientras afinaba los detalles de una de las figuras.
Velita está convencida de que esta cultura debe ser más valorada y apoyada en Santander. “Debería impulsarse más, y también darle más valor al trabajo del artesano. Muchos de nosotros traemos a nuestros hijos los fines de semana para que aprendan y continúen con este legado”, comentó con una sonrisa, esperanzada en que las nuevas generaciones se interesen por esta tradición.
Al igual que sus compañeros, Maricela extendió una invitación a la comunidad santandereana y a los visitantes de otras regiones: “Vengan y aprovechen esta belleza. El arte y las ferias de Bucaramanga merecen ser disfrutadas por todos”, concluyó con entusiasmo.
