El Viernes Negro
Resumen
El Black Friday en Colombia se ha convertido en un evento marcado por el consumismo desmedido, caos vial y ofertas engañosas. Lo que realmente se debería valorar es el día de acción de gracias, un momento de unión para agradecer y reflexionar.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El llamado Viernes Negro o Black Friday se ha venido institucionalizando en Colombia. Se trata de una organizada estrategia comercial para colocar en el mercado productos a precios rebajados.
Por: León Ferreira
Actividad que muchas veces se prolonga durante varios días, mientras los consumidores como hipnotizados por el flautista de Hamelin, forman largas filas, colapsan comercios y vías públicas con monumentales trancones, apoyados por los mandatarios locales que a la par, inventan recreativas jornadas nocturnas para incentivar a los consumidores a acudir al mercado para comprar cuanto chéchere es ofertado y no necesitan.
Hay quienes piensan que, los antecedentes del Black Friday se encuentran ligados a las tradiciones de los antiguos pioneros ingleses llegados en 1621 las colonias británicas en América; que, frente a las vicisitudes encontradas en su nuevo hogar, se unieron en un día especial de conmemoración para dar gracias a El Eterno por las bondades recibidas y por el apoyo recibido por parte de los indígenas Wampanoag que les enseñaron a sembrar maíz, lo que les permitió sobrevivir al crudo invierno.
El festejo de agradecimiento tuvo inicialmente una duración de tres días; ya antes en otras colonias hubo conmemoraciones similares de acción de gracias. La historia cuenta que, el presidente George Washington (1732-1799) en 1789 declaró el día de acción de gracias como feriado nacional, pero cada estado lo conmemoraba en diferente fecha, hasta que, el presidente Abraham Lincoln (1809-1865) en 1863, unificaría el cuarto jueves de cada mes de noviembre como festivo federal de acción de gracias.
Hay varias hipótesis sobre el origen de la expresión Black Friday conexa al día de acción de gracias. Algunos erróneamente, mencionan que, el viernes siguiente al jueves de acción de gracias, se realizaban ventas rebajadas de esclavos, además dicho día era asueto para los esclavos, quienes quedaban en libertad dentro de las haciendas para hacer su voluntad. Hipótesis que carece de sustento porque la esclavitud en Estados Unidos fue abolida en 1865, finalizada la Guerra de Secesión y ratificada la 13º Enmienda bajo el Gobierno del mismo presidente Lincoln; si el festivo federal de acción de gracias data de 1863, dicha hipótesis resultaría infundada.
Otra hipótesis señala que, en los años 50s del siglo pasado justo después de un jueves de acción de gracias, se llevó a cabo en Filadelfia, Pensilvania, un encuentro de fútbol americano entre el Ejército y la Marina. Ese viernes la ciudad colapsó por cuenta de los visitantes que arribaron para el encuentro y los locales que salían a hacer compras navideñas. Oportunidad que aprovecharon los ávidos comerciantes que, al registrar sus libros en negro sin saldos en rojo, concedieron descuentos para incrementar las ventas, idea que hizo carrera en otras localidades.
El Black Friday colombiano además de día de aparentes ofertas, es día de desorden y caos vial, abundan los trancones y cada uno aprovecha para hacer de las suyas: Los motociclistas desenfrenados y, los ladrones atracando a cuanto despistando encuentran, entre tanto, alguno que otro comerciante avivato, subió los precios de sus productos unos días antes, para luego rebajarlos y “ofertarlos” en Black Friday por el precio real. Mientras el “blackfridiano” consumidor se va engañado y feliz con su compra.
No demora algún genial congresista en presentar un proyecto de ley para establecer el Black Friday como feriado nacional pro estimulo del comercio. Empero, lo que realmente vale le pena destacar, no es el comercio, es el precedente. El hecho que, un día al año, la sociedad se reúne en familias para dar gracias a El Eterno por la vida, por la cosecha, por las bendiciones recibidas durante el año. Los países donde sus ciudadanos rezan y agradecen unidos están irremediablemente destinados a ser prósperos. Colombia no necesita caóticos viernes negros; requiere imperiosamente, de días de conmemoración y agradecimiento a Dios.