Resumen
El artículo critica al presidente colombiano, Gustavo Petro, acusándolo de promover el desorden y la violencia, y de intentar manipular la elección del fiscal general. Se sugiere que Petro haya recibido financiación ilegal y encubre estos actos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Como le iría de bien al presidente de la república Gustavo Petro Urrego que sus palabras estuvieran acompañadas por la verdad y por la realidad de los acontecimientos, porque lo que ha pasado esta semana con la pretendida toma del recinto del Palacio de Justicia de Colombia, otra vez amenazado por una toma guerrillera, como la que realizaron sus antiguos compañeros del Movimiento Diecinueve de Abril, es un golpe artero a la democracia y un acto de traición a la patria.
Ser el promotor principal de unos desórdenes patrocinados por algunos de los amigos mas cercanos al presidente Petro, como son los líderes sindicales de la Federación Colombiana de Educadores (¿?) para colocar contra la pared a una de las instituciones judiciales mas sacrificadas que hayamos tenido en los últimos tiempos, como es la Corte Suprema de Justicia, es una acción criminal que nuevamente ha puesto en riesgo la vida de los magistrados y el posible derrumbe de la democracia colombiana.
Decir, por interpuesta persona, que el gobierno protegió a los magistrados que eran vapuleados por una turba envenenada por los odios palaciegos, es apelar a la mentira para desviar el rumbo de los acontecimientos y engañar a una opinión pública sedienta de la verdad sobre lo que viene ocurriendo en Colombia, donde a cuenta de la propuesta política sobre la Paz Total, se recibieron aportes millonarios que el presidente Petro tuvo que conocer porque fueron miembros de su entorno familiar los principales beneficiarios.
Perseguir al Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, porque,-- en cumplimiento de su deber --, investiga los presuntos delitos sobre receptación ilegal de aportes financieros para la campaña electoral, es propio de la locura desbordada desde la cúspide del poder político, donde el presidente quiere ocultar hechos que trascienden más allá del ordenamiento jurídico y pisotean los principios éticos del gobernante.
Para qué engañar a la turba ignorante que la impulsan como mascarón de proa para que intente tomarse el Palacio de Justicia, centro de operaciones de las altas cortes, cuando todo el mundo escuchó al presidente Petro por los canales de la televisión oficial incitando al sindicato del magisterio a salir a la calle, para coaccionar a la magistratura en la escogencia del nuevo fiscal general, que puede ser hombre o mujer, porque la terna enviada por el presidente a la Corte Suprema de Justicia está VICIADA DE NULIDAD, por violar el principio constitucional sobre EQUIDAD DE GENERO.
El reyezuelo de marras quiere incendiar el país y lavarse las manos como Pilatos, enviando unos mensajes y unas consignas a la guacherna para incitar a la violencia, y eso se llama ‘terrorismo’. Ya lo había hecho durante las marchas de protesta del año 2022, cuando era candidato presidencial y cuando quisieron sacar del poder al expresidente Iván Duque Márquez, a quien le ametrallaron el helicóptero oficial para matarlo, porque necesitaban crear la anarquía, con el fin de confundir a los colombianos, a quienes les prometieron amnistía e indulto para matar policías y para legalizar los capitales malhabidos de las mafias del narcotráfico, que también financiaron elecciones en los territorios cocaleros del país.