Encapuchados ejecutaron brutal ataque en ‘La Bendición de Dios’ de Bucaramanga

Entraron a las viviendas y los acribillaron: un muerto y un herido

Según versiones preliminares esta demencial arremetida podría ser en retaliación por disputas inherentes con terrenos o lotes de ese sector, y al interés de bandas criminales para quedarse con el negocio.

Bucaramanga amaneció estremecida por un violento ataque armado ocurrido en la madrugada de este martes 1 de abril en el asentamiento humano 'La Bendición de Dios', norte de la capital santandereana.

Un grupo de seis hombres encapuchados irrumpió en dos viviendas y desató el terror entre los habitantes. El saldo fue la muerte del joven Julián Arias, de 21 años y con heridas de gravedad quedó Gabriel Jesús Cordero Cordero, de 23 de edad.

La brutal arremetida comenzó a las 12:34 de la madrugada, cuando los agresores forzaron las entradas de las viviendas de Arias y Cordero. Los familiares de ambos quedaron inmovilizados, aterrados por el pánico y la amenaza de las armas de fuego.

En cuestión de segundos, los atacantes sacaron a Arias de su casa y lo ejecutaron en plena vía pública. "Solo escuchamos los disparos. Fueron siete en total. Cuando nos asomamos, Julián estaba en el suelo en medio de un charco de sangre. No sabíamos qué hacer", relató un testigo que, por seguridad, prefirió no revelar su identidad.

Amenazas de por medio

Arias presentaba una herida profunda en la cabeza, aparentemente causada por un objeto contundente, además de cuatro impactos de bala en el abdomen y el brazo derecho.

Su condición era crítica. Sus amigos y familiares, desesperados, lo trasladaron a la Clínica Chicamocha, donde luchó por su vida hasta las 4:00 de la mañana, cuando los médicos confirmaron su deceso.

Mientras tanto, Gabriel Jesús Cordero Cordero corrió con otra suerte, aunque también fue blanco del ataque. Recibió impactos de bala en la cara, el estómago y el antebrazo derecho.

Su estado de salud es de pronóstico reservado y sigue bajo atención médica en la misma clínica.

Las primeras versiones de los familiares de las víctimas del ataque indican que esa agresión tuvo como trasfondo una disputa por lotes de terrenos que están en litigio.

Horas antes del ataque, Arias y Cordero habían discutido con un grupo de personas por la posesión de las propiedades en el sector. La tensión habría escalado hasta convertirse en un episodio sangriento.

"Mi hijo ya había recibido amenazas. Nos dijeron que nos fuéramos, que esos terrenos ya tenían dueño y que nos echarían bala. Pero no teníamos a dónde ir", expresó entre lágrimas la madre de Arias.

Podrían ser despojadores de tierras

Las investigaciones preliminares de la Sijín de la Policía de Bucaramanga señalan que los atacantes podrían estar vinculados con redes de venta ilegal de terrenos en áreas protegidas.

Las autoridades tratan de establecer la identidad de los encapuchados y si pertenecen a un grupo armado o una organización criminal dedicada al despojo de tierras.

Desde la Policía Metropolitana de Bucaramanga, se confirmó que se adelantan operativos en la zona para dar con el paradero de los seis responsables de este criminal ataque.

Y la tarea se centra en recopilar pruebas y testimonios para esclarecer los hechos y evitar que este crimen quede impune.

Los habitantes de 'La Bendición de Dios' viven con miedo. La violencia ligada a la tenencia ilegal de tierras se ha convertido en una amenaza latente. "No es la primera vez que pasa. Ya han habido amenazas, pero nadie nos escucha hasta que hay muertos", denunció un líder comunitario del sector.

Mientras la Policía intensifica la búsqueda de los responsables, los familiares de Julián Arias exigen justicia. "No queremos que esto se quede en el olvido. Mi hijo no se merecía esto", reclamó su madre.

Bandas con tentáculos nacionales

La ciudad de Bucaramanga vive una crisis en sus asentamientos irregulares. Las autoridades desmantelan un asentamiento y, en pocos días, aparecen otros en sectores deprimido de la capital santandereana.

El fenómeno reabre el debate sobre el control de tierras y demanda una intervención estatal firme. Los actos violentos evidencian no sólo la ocupación ilegal de predios, sino también la presencia de bandas criminales que actúan a nivel nacional.

Estas organizaciones negocian bienes ajenos y provocan un clima de inseguridad que afecta a la comunidad. En este contexto, se ejecuta una investigación para identificar a las personas que estuvieron involucradas en enfrentamientos verbales previos con los jóvenes Julián Arias y Gabriel Jesús Cordero Cordero, según los testimonios de familiares y vecinos que presenciaron las agresiones.

Las autoridades consideran que dichos enfrentamientos podrían estar relacionados con el ataque demencial y el asesinato de Arias y el atentado contra Cordero, o ser expresión de una estrategia mayor.

El Gobierno municipal no se ha pronunciado, pero debe implementar medidas contundentes para frenar este ciclo de violencia, proteger la ciudadanía en riesgo, esclarecer la propiedad de los terrenos y restaurar el orden social.